San Petersburgo, Rusia. – Corrían 81 minutos y Franco Armani, debutante absoluto en la selección, tuvo su cita con el destino: enfrentó mano a mano a Odion Ighalo y salió airoso. La atajada preservó un empate 1-1 e hizo posible que Argentina ganase 2-1 con un gol a los 86 de Marcos Rojo y avanzase a los octavos de final de la Copa Mundial.
A Nigeria le bastaba un empate para clasificarse y de haber anotado a menos de diez minutos del final, prácticamente hubiera sellado su pase a la siguiente ronda. «Se entregó todo dentro del campo de juego», declaró Armani. «Estoy muy orgulloso del plantel que tenemos. Salimos adelante, el equipo sacó el pecho sabiendo que la clasificación se iba a dar».
Fue un estreno memorable para un jugador que nunca había defendido la valla de la selección argentina y que debutó en pleno Mundial y en medio de una grave crisis. Argentina había cosechado apenas un punto en sus dos primeras salidas, en que empató 1-1 con Islandia y cayó 3-0 ante Croacia.
La selección de Lionel Messi corría grave peligro de ser eliminada en la primera ronda y necesitaba una victoria ante Nigeria para seguir adelante. Wilfredo Caballero defendió la valla argentina en los dos primeros partidos, pero cometió un error garrafal que abrió las puertas de la goleada ante Croacia y el técnico Jorge Sampaoli decidió darle una oportunidad a Armani, que venía cumpliendo grandes actuaciones en River Plate y era pedido a gritos por entendidos y por los hinchas.
Armani no defraudó. Fue exigido muy poco durante el partido y se tiró para el otro lado en el penal que dio su gol a Nigeria. Pero cuando volvieron a golpearle la puerta a la hora decisiva, respondió como un grande. «Fue un mano a mano que lo esperé, hay que tratar de aguantar hasta lo último», comentó.
«Uno está en el arco para eso». Desconocido en Argentina, Armani era idolatrado en el Atlético Nacional de Colombia, donde ganó casi una decena ligas y la Copa Libertadores 2016. Cerca de 50.000 personas lo despidieron pese a que rescindió contrato a principios de este año para atajar en River, club del cual es hincha. «Todos estos procesos, en Colombia con Atlético, me han servido mucho para poder estar acá en la selección. River me dio esa posibilidad también», señaló.
Sus grandes actuaciones en River le abrieron las puertas de la selección, cuya valla quedó descubierta al lesionarse el titular Sergio Romero poco antes del que hubiera sido su tercer Mundial. Sampaoli le dio la titularidad a Caballero por su mayor experiencia, por haber jugado en Europa y porque tiene buen dominio del balón con los pies.
Contra los croatas, sin embargo, Caballero trató de hacer pasar el balón por sobre la cabeza de un rival, la pelota le quedó baja y Ante Rebic no perdonó: tomó el regalo y fusiló al portero, abriendo el marcador. La situación de Caballero se hizo así insostenible y le llegó la hora a Armani, el tercer arquero que debuta en la selección argentina en una Copa Mundial. Antes lo hicieron el legendario Ubaldo Fillol en 1974 y Héctor Freschi en 1934.