Arquidiócesis de Santiago está indignada con caso Juncalito

Arquidiócesis de Santiago está indignada con caso Juncalito

SANTIAGO. El sacerdote Wilfredo Martínez aseguró ayer que la comunidad episcopal de Santiago se siente  indignada ante la actuación inmoral del sacerdote polaco Alberto Gil Wojciech, acusado de abusar sexualmente  a varios niños en la comunidad de Juncalito.

Martínez, autorizado a hablar por el Arzobispo Metropolitano de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa  y Carpio, quien se encuentra recuperándose de una  operación de catarata  expresó que la iglesia está dolida porque el párroco debió actuar  de acuerdo a su ministerio.

“Yo y todos aquí en la iglesia, estamos indignados por esta actuación. Hemos asumido nuestra responsabilidad de suspenderlo, porque estaba bajo nuestra  jurisdicción, al igual que como lo  hizo su congregación”, dijo Martínez.

El también director de Radio Luz señaló que ellos están de acuerdo en que la Fiscalía  solicite su extradición para que comparezca y responda por el  hecho del que se le acusa.  

“Sé que se  le ha pedido de manera expresa que retorne y  aunque no hemos -en la Arquidiócesis de Santiago-  hablado por teléfono con él, me consta que se le ha expresado que debe retornar para que enfrente la justicia”, observó.

Manifestó que es  muy urgente para la arquidiócesis que Gil Wojciech regrese porque  desean que el hecho sea esclarecido y que si es culpable pague por su delito ya que sin querer  “tapar el sol con un dedo”, este  es un problema de la  humanidad, donde se  deben tomar acciones concretas  y se deben enfrentar  con altura.

“El dolor es grande, porque esas son situaciones que no queremos que pasen y sin embargo pasan. Nosotros somos una comunidad muy numerosa, como en cualquier congregación. Las normas de la Iglesia ante situaciones como estas son estrictas. Si un sacerdote es denunciado por faltas graves debe ser suspendido hasta que todo sea clarificado por la justicia”.

 Martínez  contó  que   la Iglesia ha venido tomando medidas muy fuertes y  que tanto es así,  “por decir un caso”, que en  Estados Unidos se   ha prohibido tocar  a los  niños para bendecirlos.

 “Hay padres que le piden a uno que bendiga a su hijo. Pero allá se ha prohibido,  para que luego no sean acusados de acoso,  que se le ponga las manos en la cabeza y ahora a nivel mundial las  exigencias para entrar al sacerdocio son mayores”, dijo. 

De igual manera indicó que en  el mundo hay 412 mil sacerdotes y que en el país hay una matrícula mayor de aspirantes a sacerdotes en los seminarios.

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