La división, nuevamente, del Gran Santo Domingo, no aportaría nada al desarrollo de ese territorio, por el contrario, haría más difícil su ordenamiento, porque habría que consensuar con más actores políticos para lograrlo, los que, a su juicio, casi siempre están opuestos.
La opinión es del arquitecto y urbanista Cristóbal Valdez, quien considera sin sentido la nueva división que ya fue aprobada en el Senado y que ahora cursa en la Cámara de Diputados.
En cambio, entiende que lo que procede es la Ley de Ordenamiento Territorial.
Valdez define el proyecto como desacertado, que no se aparta de lo que ha ocurrido siempre en el país, donde se toman decisiones puramente políticas, que no tienen nada que ver ni con el territorio ni con la mejoría de la calidad de vida de la población.
Analiza la división del Distrito Nacional para agregar la provincia Santo Domingo, el 16 de octubre de 2001, en que no observa ningún cambio significativo en relación a como era antes.
Al contrario, afirma, ahora hay más gastos, debido a que se extendió la burocracia con más personal, legisladores, alcaldes, regidores, lo que, a su juicio, no tienen sentido.
Estima que la urgencia debe ser la aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial que duerme en el Congreso Nacional.
Precisa que el GSD cuenta con posibilidades para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos en término agrícola, industrial, turístico, habitacional y de otras índoles.
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Indica que desarrollaron un plan de ordenamiento en los alrededores de la Circunvalación Santo Domingo, en el que fueron definidos los elementos citados anteriormente.
Sin embargo, el arquitecto Cristóbal Valdez expone que, para aplicar ese plan no es necesario cortar el Gran Santo Domingo y, de hacerlo, provocaría una dispersión de esfuerzo, porque agregaría más elementos políticos.
Revela que desde 1975 el Distrito Nacional, que era todo el Gran Santo Domingo, cuenta con planes y proyectos que no han podido ser ejecutados, porque los políticos lo han impedido.
Ve a los alcaldes metidos en reelección o dentro de sus respectivos partidos repartiendo cosas, menos en implementar planes de ordenamiento que faciliten la vida de sus munícipes.
Destaca algunas ciudades de América Latina que se han desarrollado, no a partir de divisiones, sino, porque han asumido planes de ordenamientos territoriales, como el caso de Curitiba, en Brasil; así como Cali, en Colombia. Dijo que esas localidades han adquirido diferencia en término económico, con relación a las demás.
“Esas ciudades se han desarrollado, porque el alcalde entendió y conjugó los diferentes proyectos que existían en término de ordenamiento territorial”, apunta.
Eso demuestra, afirma, que no es un problema de subdivisión política, sino, que es de gestión municipal.
Cristóbal Valdez es un urbanista con basta experiencia, que se ha desempeñado como director de Planeamiento Urbano y ex regidor del Distrito Nacional, del Plan Director de la Ciudad de Santo Domingo, profesor de arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), entres otras actividades ligadas al tema.