Arquitectura y Revolución     

Arquitectura y Revolución     

De visita,  por Madrid,  no se podía dejar de admirar una exposición llamada “Construir la Revolución” organizada por la CaixaForum hasta septiembre, en un edificio que llama mucho la atención por su modernismo frente al Prado. La exposición realza las obras arquitectónicas de los jóvenes arquitectos rusos que se comprometieron con la Revolución bolchevique en sus inicios, 1915-1935 y pusieron su creatividad al servicio de un pueblo que buscaba sacar la Rusia zarista del subdesarrollo.

Se exponen reportajes de los proyectos  con  fotos de Richard Pare tomadas hoy cuando todos los proyectos están en obsolescencia pero conocen un nuevo interés por las autoridades por su innovadora estética y su intencionalidad. Las obras son  en su gran mayoría civiles, al servicio de la Revolución soviética:  el Palacio de la imprenta en Bakú  construido en 1932; el edificio Gosprom en Jarkov (que inspiró al cineasta Einstein) de Feiger y Serafimov; el local  para los periódicos Pravda e Izvestia construido entre 1925-1927 por Mijail Bayin; la Torre Shabolovka (1922) de Vladimir Shujov; el Edificio Tsentrosoyuz (cooperativas) de 1929 construido por Le Corbusier, Pierre Jeanneret que se comprometieron así con el proceso revolucionario; la fábrica textil “Bandera roja” de Erick Mendelsohn (1925-1937), mentor de la Torre Einstein de Postdam.

Las  obras abarcan también educación, salud y el ocio: el sanatorio de Sochi (1930-1934) y el estadio del Dinamo de Kiev 1935 de Miron Merzhanov;  el complejo residencial Chekistov de Ivan Sokolov (1929-1936) para los miembros del KGB;  la casa común de Moisel Guinzburg (1930) fuertemente inspirado por Le Corbusier, así como la colonia obrera en San Petersburg (1927) de Nikolayev y Simonov, sin dejar de mencionar la casa de Melnikov construida entre 1927 y 1931 en Moscú (en terreno regalado por  Stalin por el bello pabellón soviético en la Exposición de las Artes Decorativas de París (1925), poco antes de caer en desgracia. Con él  se iniciaba el alejamiento del régimen de muchos creadores y se avanzaba hacia el final de una era de gloria de las artes soviéticas y la imposición de una arquitectura oficial, monumental y glacial. Expresión de ese control, el Mausoleo de Lenin (1924-1930) obra de  Alexiei Schuser: Magnifica Madrid que invita,  en estos días de verano, a la cultura y a la “indignación”.

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