CUERNAVACA, México, 4 Jun 2011 (AFP) – La «caravana del consuelo», convocada por el poeta Javier Sicilia para denunciar la violencia del crimen en México y demandar cambios en la estrategia antidrogas, arrancó este sábado en Cuernavaca su recorrido de unos 3.000 km para culminar en la fronteriza Ciudad Juárez.

Un periodista de la AFP constató que unas 300 personas, en su mayoría activistas de ONG, se reunieron en las afueras de Cuernavaca para abordar 15 autobuses y otros vehículos e iniciar un recorrido que concluirá el jueves en Ciudad Juárez, luego de pasar por distintos puntos azotados por la violencia.

A finales de marzo pasado, el hijo de Sicilia y seis personas más fueron secuestradas y asesinadas en un suburbio de Cuernavaca, lo que llevó al poeta a iniciar una movilización con el lema «ya estamos hasta la madre (hartos)» de la violencia.

El objetivo es obtener «justicia para las víctimas y cambio en el modelo de seguridad nacional para que no sea nada más (solamente) violento», explicó días atrás el poeta y periodista a la AFP sobre esta caravana.

Sicilia no estuvo en el arranque de la «caravana del consuelo» ya que, explicaron los organizadores, viajó a Estados Unidos para recibir un reconocimiento y se espera que se integre en Ciudad de México, primera escala de la caravana a unos 90km de Cuernavaca. «Bienvenidos a esta caravana del consuelo, por la paz justicia y dignidad, también llamada la ruta del dolor y la sangre», dijo a periodistas el escritor Rocato Bablot, uno de los voceros del movimiento. «Los autobuses no van llenos, en el camino se sumarán más activistas y ciudadanos que se han registrado para participar», dijo a la AFP Mauricio Patrón, de la ONG Cencos, una de las convocantes.

 Los participantes, que tiñeron de rojo el agua de la fuente de la Paloma de la Paz, uno de los emblemas de Cuernavaca y punto de reunión, vestían ropa cómoda, llevaban poco equipaje y algunos víveres.

El recorrido, que es apoyado por grupos en Estados Unidos como Pastores por la Paz, Justicia Sin Fronteras y organizaciones de emigrantes, se detendrá en Ciudad de México, donde se realizará un mitin antes de partir a Morelia (oeste), capital del estado de Michoacán, uno de los más azotados por el narcotráfico.

La caravana continúa el domingo en San Luis Potosí por una carretera en la que un agente de la aduana estadounidense de misión en México fue asesinado en febrero. El lunes estará en Zacatecas y en la noche en Durango, donde se descubrieron desde abril fosas clandestinas con 223 cadáveres.

El martes llega a Monterrey, polo industrial del norte, cuyas calles son ahora campo de batalla de los carteles y desde donde el miércoles partirá a Chihuahua, capital del estado del mismo nombre, antes de enfilar el jueves hacia Ciudad Juárez.

 En esa ciudad de 1,2 millones de habitantes, la más violenta de México (más de 3.100 homicidios en 2010), se firmará el viernes un pacto por la paz. El sábado Sicilia cruzará brevemente la frontera para presidir un mitin en la vecina ciudad estadounidense de El Paso (Texas).

Se tiene previsto que se realicen mítines y distintos eventos en las ciudades a donde llegue la caravana. «Nos fortalecen las muestras de solidaridad. Nos dicen ‘tenemos mucho miedo, pero son más nuestras ganas (deseos) de salir a la calle, de recibirlos, de darles alimento, un lugar donde vivir'», comentó Rocato. Se trata de la tercera manifestación que Sicilia organiza tras el asesinato de su hijo.

 El 8 de mayo el poeta logró reunir 85.000 personas en la plaza central de Ciudad de México, ante las cuales planteó al gobierno un conjunto de reclamos.

La violencia ligada al narcotráfico ha dejado más de 37.000 muertos en México desde diciembre de 2006, según recuentos oficiales y periodísticos.