Puerto Plata. Un remolcador prestado por la empresa Marítima Dominicana arrastró ayer tarde a 30 millas náuticas mar adentro los restos de la ballena jorobada que fue hallada muerta en las costas de esta ciudad.
Las labores de traslado de este mamífero acuático estuvieron a cargo de autoridades de la Marina de Guerra, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Defensa Civil.
El director provincial de Medio Ambiente, Carlos Heriberto Finke Herrera, dijo que el cuerpo de la ballena fue arrastrado a esa distancia para tratar de descuartizarla, y que sus restos queden depositados en el fondo del Océano Atlántico, donde no puedan constituir un foco de contaminación al litoral costero marino.
Las labores fueron supervisadas estrictamente por un equipo de técnicos que ayer a tempranas horas llegó desde Santo Domingo, encabezados por el biólogo Manuel Rodríguez, del Departamento Costero Marino, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Las labores de arrastre de la ballena hacia aguas adentro del Océano Atlántico fueron certificadas por el administrador del banco de La Plata y de control de las ballenas que llegan en esta época del año a desovar y parir en la Bahía de Samaná, Peter Sánchez.
Atrae a miles. Por otra parte, esta ballena, al ser arrastrada por las corrientes marinas, llegando muerta al anochecer de este jueves al costado Noroeste del sector La Puntilla, de la avenida de circunvalación Norte (malecón), de esta ciudad, atrajo a miles de personas interesadas en ver el cuerpo inerte del gigantesco cetáceo.
Incluso, La Puntilla sirvió para que muchos puertoplateños se desplazaran desde sus hogares para dar seguimiento a la ballena y su posterior arrastre hacia varias millas náuticas de este litoral marino atlántico.
Muchos se hicieron fotos junto al cuerpo de la ballena, mientras se mantuvieron parapetados en La Puntilla a la espera que las autoridades de Medio Ambiente, la Marina de Guerra y la Defensa Civil dispusieran su arrastre con el remolcador mar adentro.
Desde escuelas públicas y colegios privados fueron organizadas excursiones de estudiantes hacia el lugar donde apareció muerta la ballena.
Incluso, algunos profesores hasta ordenaron trabajos especiales a sus alumnos sobre este acontecimiento, lo que fue aceptado por estos, ya que por primera vez tuvieron la oportunidad de observar de cerca un cetáceo de esta naturaleza.
La llegada. Las ballenas jorobadas que vienen a esta zona del Caribe montan en los meses de enero-marzo un gran circo, porque efectúan saltos, aleteos, coleteos y cabriotas acuáticas que maravillan a los espectadores que visitan a Samaná para esta época.
Estas ballenas vienen a estas costas procedentes de Labrador, Newfoundland Groenlandia, Islandia y el Golfo Maine, y desarrollan un recorrido de unos 64,751 kilómetros, durante los cuales no se alimentan, pero tampoco lo hacen durante su estada reproductiva en Samaná.