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WASHINGTON (EFE).- La lucha por la Secretaría General de la OEA entra la próxima semana en una etapa decisiva, después de que los tres candidatos oficiales expongan su programa de trabajo, que coinciden en el objetivo de hacer «más dinámica» a la institución. La tarea que espera a quien resulte elegido para la máxima dirección de la Organización de Estados Americanos (OEA) es titánica, en opinión de algunos diplomáticos de esta entidad y de otras personalidades como el ex presidente de EEUU Jimmy Carter.
En lo económico, el máximo directivo de la OEA deberá batallar por poner en orden las cuentas, cuyo déficit causa retrasos en el desarrollo de diversos programas continentales y otras obligaciones impuestas por las Cumbres de las Américas y la globalización.
La OEA afronta un considerable déficit agravado por el incumplimiento del pago puntual de sus cuotas por parte de muchos de sus 34 países miembros.
En este momento, hay tres candidatos oficiales que pugnan por la Secretaría: el ex presidente de El Salvador Francisco Flores, el canciller de México, Luis Ernesto Derbez, y el ministro de Interior de Chile, José Miguel Insulza.
Derbez, sostiene que «la prioridad debe ser conseguir los métodos para lograr obtener fondos, porque la relevancia de la OEA ha sido frenada por la falta de recursos financieros».
El funcionario mexicano, que intervino ante el Consejo Permanente el 12 de enero, cree que la agenda de la OEA «debe responder a las preocupaciones y necesidades de todos los Estados miembros».
Advirtió de que la pobreza, la desigualdad y el desempleo «constituyen serias amenazas a la estabilidad democrática» en varios países del continente.
Abogó, asimismo, por una renovada atención de la OEA a los temas económicos, sociales, educativos, culturales y científicos.
El canciller mexicano quiere que la elección del próximo secretario general se lleve a cabo en febrero, dado que la entidad regional «no puede estar a la deriva porque es dañino para su imagen».
Esta idea es compartida por Francisco Flores, que tiene afianzado el voto de Estados Unidos.
Flores delineó el jueves pasado su plan de trabajo ante el Consejo Permanente, en el que subrayó su creencia de que «un organismo que aspira a ser el centro de articulación política de nuestras aspiraciones, es fundamental que tenga en el secretario general la perspectiva de una nación pequeña».
Según Estados Unidos, su respaldo a este centroamericano -que no tiene el voto de dos países de la región: Honduras y Belice-, se decidió porque «representa la nueva generación de líderes de Latinoamérica».
El tercer candidato, el ministro chileno José Miguel Insulza, opina que «cuando la globalización brinda oportunidades, desafíos y riesgos a todos los pueblos y naciones del mundo, la OEA afronta una necesidad cada vez más acuciante para el renovado vigor de jugar su importante papel en el ámbito internacional».
Insulza ha indicado que el punto principal de su candidatura es hacer frente al desafío de «reestructurar la Organización» para que sea capaz de promover y fortalecer la cooperación en el continente y dirigir con renovadas fuerzas todos los asuntos que sus países miembro identifican como prioridades.
También abogó por una más activa participación de la sociedad civil en el trabajo de la OEA de promover la transparencia y efectividad en los esfuerzos en combatir la corrupción y el narcotráfico.
Insulza -que presentará su plan de trabajo ante el Consejo Permanente el martes-, ha prometido poner en marcha proyectos para potenciar el desarrollo económico y social del Caribe.
Asimismo, está decidido a que la OEA aumente los preparativos y la coordinación de ayuda, especialmente en caso de los huracanes que de tiempo en tiempo azotan a Centroamérica y el Caribe.
Tanto para Insulza como para el mexicano Derbez, el apoyo de Estados Unidos al salvadoreño Flores no varía en nada su entusiasmo y determinación por alcanzar la Secretaría General.
