Arrecian críticas contra Negroponte

Arrecian críticas contra Negroponte

TEGUCIGALPA (AFP).- El nuevo jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) de Estados Unidos John Dimitri Negroponte, es visto como una bestia negra en Centroamérica, donde su política de contrainsurgencia, causó la desaparición, tortura o muerte de cientos de personas en la década de 1980.

«Es lamentable ese nombramiento de Negroponte, es una barbaridad; para nosotros será más difícil esta lucha de aclarar las desapariciones forzadas», afirmó a la AFP Berta Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh).

Negroponte, como embajador en Honduras de 1981 a 1985, «fue jefe de la estructura, artífice de la doctrina de Seguridad Nacional que condujo a las desapariciones forzadas» en este país, aseguró Oliva, cuyo esposo, Tomás Nativí, figura entre los desaparecidos en Honduras.

«Qué casualidad que Negroponte fue enviado a Vietnam durante la guerra, fue enviado a Centroamérica en los años 80, fue enviado a Irak ahora para la guerra, y ahora asume una posición tan determinante», deploró Oliva, cuya organización fue formada en 1981 por familiares de los desaparecidos.

El comisionado gubernamental de Derechos Humanos de Honduras, Ramón Custodio, dijo que Negroponte es «un servidor de su gobierno, que ejerce sus funciones de acuerdo a los intereses estratégicos permanentes» de Estados Unidos.

Negroponte «va a continuar en ese nuevo cargo haciendo más de lo que hizo en Cambodia, México, Honduras, en la ONU e Irak. Lo que hizo en Honduras está allí, lo registra la historia, está documentado por estadounidenses y hondureños», manifestó Custodio evitando los detalles.

El comisionado recordó que Negroponte llegó a Honduras en 1981 cuando el hasta entonces embajador de Estados Unidos, Jack Beans, denunció que en el país estaban operando escuadrones de la muerte.

En esa ocasión «vino a sustituir a Jack Beans y a cumplir» con la ejecución de una nueva política: la Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN), señaló Custodio.

Mediante la DSN, auspiciada por Estados Unidos para combatir el comunismo durante la guerra fría con la desaparecida Unión Soviética, escuadrones de la muerte del ejército hondureño entrenados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y asesores argentinos desaparecieron a 184 personas entre 1979 y 1989 en Honduras, según el informe publicado en 1983 por el entonces comisionado de Derechos Humanos Leo Valladares.

Carlos Tunermann, embajador de Nicaragua ante la OEA durante la revolución sandinista, dijo a la AFP que Negroponte «no dejó un buen recuerdo en Honduras, ni en Nicaragua».

Señaló que según fuentes principalmente hondureñas, Negroponte «no quiso ver, ni tomar en cuenta las violaciones a los derechos humanos que se cometieron en ese entonces en Honduras».

En este país centroamericano se había formado un batallón especial, y en Nicaragua el mal recuerdo es por las ataques armados de la ex resistencia o Contras desde sus santuarios en Honduras apoyados por Estados Unidos en la guerra contra los sandinistas.

Washington se vio involucrado en un escándalo cuando fue descubierta una conexión clandestina conocida ahora como el »escándalo Irán-contras», una operación de venta ilegal de armas a Irán para financiar a los contra-revolucionarios nicaragüenses en la década de los 80.

Según Víctor Hugo Tinoco, vicecanciller del gobierno sandinista (1979-90), como embajador en Honduras, Negroponte «llegó a manejar un presupuesto de hasta mil millones de dólares, entre programas de espionaje y de asistencia» a la Contra.

El funcionario «fue enviado por la administración de Ronald Reagan a Honduras para articular a todo el movimiento contrarrevolucionario» (que también se extendía a las guerras en El Salvador y Guatemala), dijo por su parte Jacinto Suárez, diputado del Frente Sandinista en Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Por eso «nunca representó a la diplomacia, ni a la política exterior del Estados Unidos, sino la política de inteligencia en su versión terrorista y toda esa política de agresión de Estados Unidos», sostuvo Suárez.

«Es un agente que estuvo en Vietnam, Nicaragua, Irak, donde hubo guerra de invasión. Entonces, la alerta que tenemos que hacer es que Negroponte es sinónimo de la implementación de políticas agresivas», porque «representa a los sectores más agresivos de la política norteamericana», advirtió el dirigente.

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