En siglos pasados, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte fue conocido por algunos pueblos como la “pérfida Albión”, lo cual hacía alusión a la actitud desaprensiva de este pueblo con respecto a los países circunvecinos, actitud que al parecer aun persiste, –mas en menor escala– siendo este proceder el responsable de la salida de Inglaterra de la Unión Europea (UE), por votación efectuada el 22 de junio de 2016. Este suceso se conoce como el Brexit, el acrónimo formado por Bre de Bretaña y Exit de salida.
Después de pertenecer durante 43 años a la UE, el primer Ministro James Cameron efectuó el Plebiscito en donde solamente votaron el 72% del total de la población, en el cual 17,410,742, o sea el 51.9% votaron por el SÍ y 16,577,342, el 48.1% votaron por el No. Sin embargo, Cameron que apoyaba el No, admitió que muchos de los votantes no habían sido edificados de las consecuencias que les podría acarrear el Brexit sobre la economía, la política y la geopolítica del Reino Unido y al salir derrotado, renunció.
El Plebiscito en el cual votaron los ciudadanos del Reino Unido, era de carácter consultivo, sin constituir una decisión legal. Entonces, ¿cuál fue el fallo del Ministro Cameron? No enfrentar a tiempo aquellos que exhibían un carácter xenofóbico al creer que existiendo fronteras abiertas, las migraciones de la UE, en especial de los musulmanes y polacos, aparte de quitarles puestos de trabajo a los nativos, eran imputados del aumento de la criminalidad. Además, en una votación libre los que votaron por la salida, no tenían conocimiento de las consecuencias que acarrearía, especialmente para la economía, el perder la sexta parte del poder económico en los próximos dos años con la salida de la UE.
Cameron fue sustituido por Theresa May, quien estaba a favor del Sí. Sin embargo, ahora confronta graves problemas, ya que los que votaron mayoritariamente por el Sí fueron Inglaterra y Gales; no así, Escocia, Irlanda del Norte, Gibraltar y la mayoría de los habitantes de Londres.
Varios analistas aseguran que el Plebiscito no era necesario, ya que el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea firmado en Lisboa, permite la salida unilateral de cualquier Estado signatario. Esto significa que el Brexit se efectuará a la medianoche del sábado 30 de marzo de 2019.
Un nuevo panorama se presenta con la intervención del antiguo Primer Ministro Tony Blair, quien ha demostrado tener más luces que Cameron y May juntos. Blair es partidario de la permanencia en la UE; sin embargo, “enfatiza que los británicos votaron para salirse y estoy de acuerdo que la voluntad del pueblo debe prevalecer”. Agregando, “que el pueblo votó sin tener conocimiento de la verdad sobre los términos del Brexit. Al conocerse claramente los mismos, están en sus derechos de cambiar de opinión. Mi misión es persuadirlos para que lo hagan”.
El ex-Ministro Blair se explayó: “Nuestro reto es exponer inexorablemente cuál es el costo, para mostrar cómo la decisión fue tomada basada en un desconocimiento imperfecto de lo que actualmente se convirtió en un conocimiento defectuoso para calcular de manera creíble, vías como el procedimiento causará un daño real a nuestro país y buscar soporte para tantear una salida de la presente prisa que nos coloca al borde del abismo”. Se cuestionó, si podría tener éxito, pero si está consciente que sufriremos un veredicto vengativo de las futuras generaciones sino hacemos el esfuerzo”.
Como las declaraciones del Ministro Blair son muy extensas (seis páginas), condensaremos las que consideramos principales: La disminución del Mercado Común, lo cual traerá graves consecuencias de la Unión Aduanera; los 50 tratados sobre Tarifas Preferenciales, lo cual abarca las dos terceras partes del comercio actual y conllevará la revisión de las Barreras Tarifarias y para colmo, la disminución del valor en el mercado de la Libra Esterlina con relación al Euro y el Dólar, que oscila entre un 12 y 20%.
El señor Blair llega a la conclusión, que en este Siglo 21 debemos mantener nuestra asociación con la mayor unión política y el más grande mercado comercial que se encuentra en los escalones de nuestra puerta, que no atenta en la disminución de nuestros intereses nacionales, mas en la satisfacción de los mismos.
En reciente votación, la Cámara de los Comunes le dio luz verde al Brexit por 324 votos a favor y 295 en contra. De este modo, la decisión final quedará a cargo de la Cámara de los Lores. Debido a la escasa diferencia de votos, todavía hay esperanza de que esta funesta decisión pueda finalmente ser revocada.
Colofón: Qué lástima que la visión futurista de este brillante líder político, no xenófobo, no hubiese sido escuchada antes de llevar a cabo un Plebiscito, que aunque inicialmente tenía buenas intenciones, la población ignorante acabó perjudicando y rezagando al “pérfido Albión” que se arrepentirá de haber votado el Brexit por un largo período de tiempo.