Arrestan a Augusto Pinochet

Arrestan a Augusto Pinochet

SANTIAGO DE CHILE (EFE).- El ex dictador chileno Augusto Pinochet quedó hoy bajo arresto domiciliario, tras ser procesado por el juez Juan Guzmán por su presunta responsabilidad en crímenes de la Operación Cóndor.

   Según precisó el propio magistrado, Pinochet fue procesado como autor de nueve secuestros (desapariciones) y de un homicidio calificado en el marco de la Operación Cóndor, la coordinación establecida entre las dictaduras militares de los países del Cono sur en los años 70 y 80 para reprimir a sus opositores.

   El mismo juez que el año 2000 ya había procesado a Pinochet en el caso «Caravana de la Muerte» adoptó la decisión después de haber interrogado al jubilado general el pasado 25 de septiembre y de haber dispuesto, el 30 del mismo mes, someterlo a exámenes médicos para determinar su estado de salud mental.

   Según explicó a EFE el juez, los exámenes y otros elementos de prueba determinaron que Pinochet «no está demente, sino capacitado para enfrentar un juicio».

   Pinochet, precisó, puede discernir entre el bien y el mal, como lo demostró en una entrevista a un canal de televisión de Miami en 2003 y distingue entre lo principal y lo accesorio, como dejó en evidencia en el interrogatorio del pasado septiembre.

   En esa oportunidad Pinochet aseguró no tener antecedentes sobre la Operación Cóndor porque como presidente «no se ocupaba de cosas chicas».

   El juez Guzmán, que según trascendió piensa retirarse pronto del poder judicial, evitó pronunciarse respecto de si su resolución será confirmada por los tribunales superiores.

   «Cada tribunal es autónomo y tiene su propia soberanía para decidir, conforme a los elementos de que disponga», comentó, aunque insistió en que en este caso «hay muchos fundamentos».

   La defensa de Pinochet, encabezada por el abogado Pablo Rodríguez, anunció de inmediato que recurrirá la resolución de Guzmán a través de un recurso de amparo (hábeas corpus), tras calificar de «ilegal» la orden de arresto y de «persecución política» el procesamiento.

   Cuando Guzmán procesó a Pinochet hace cuatro años como encubridor de 57 homicidios y 18 secuestros en el caso Caravana de la Muerte, una comitiva militar que en 1973 ejecutó a decenas de presos políticos en diversas localidades del país, el ex dictador fue absuelto a causa de su salud mental.

   Unos exámenes médicos determinaron que padecía una demencia vascular subcortical, lo que también le sirvió para eludir otros casos en los que estaba implicado.

   En su resolución de hoy, de 70 páginas, Guzmán explica en detalle las razones que le hicieron desestimar la salud mental de Pinochet como eximente para un juicio.

   El general retirado es el primer ex gobernante procesado en la historia de Chile y los cargos por los que se le acusa podrían tener como consecuencia su arresto por varios años.

   La Operación Cóndor fue la base, seis años atrás, de la acusación de genocidio, torturas y terrorismo del juez español Baltasar Garzón contra Pinochet, que desembocó en su arresto en Londres el 16 de octubre de 1998.

   El ex dictador chileno (1973-1990) fue imputado como el creador del mencionado operativo en documentos desclasificados en los últimos años en Paraguay, Chile e incluso Estados Unidos.

   Desde hoy, el militar, que también está desaforado en el juicio sobre el asesinato en Buenos Aires, en 1974, del ex jefe del Ejército Carlos Prats, está de nuevo complicado por el mismo caso que lo mantuvo detenido durante 17 meses en Londres.

   En el proceso por la Operación Cóndor el juez Guzmán procesó también como autores de secuestros al jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), el general retirado Manuel Contreras, a los ex brigadieres Pedro Espinoza y Christoph Wilikie, este último funcionario del departamento exterior del organismo y a otros dos militares.

   Ante el magistrado han declarado decenas de testigos y víctimas de esta trama represiva, entre ellos el abogado paraguayo Martín Almada, que descubrió en 1992 en Asunción los llamados «archivos del terror», que revelaron los detalles de este plan represivo multinacional.

   En esos archivos, Almada encontró la reseña de una reunión que los servicios represivos de la región celebraron a mediados de 1975, que el abogado llama «el acta de nacimiento del Cóndor», en la que «Pinochet y Contreras establecen las normas, las grandes líneas» de lo que sería el operativo.

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