SANTIAGO (AFP).- Cinco jerarcas de los temidos servicios secretos de la dictadura chilena de Augusto Pinochet, incluyendo su jefe el general retirado Manuel Contreras, fueron arrestados este viernes para cumplir condenas de entre cinco y 12 años por la desaparición de un joven izquierdista.

La detención de la totalidad de la cúpula de la policía represiva de la dictadura, se concretó luego que Contreras fuera detenido en su residencia particular, tras resistirse al arresto durante más de tres horas.

Contreras se negó a concurrir ante un tribunal para ser notificado por la condena a 12 años por la desaparición en 1975 del joven militante de izquierda, Miguel Angel Sandoval.

Por el mismo caso, quedaron detenidos los otros ex jefes militares Marcelo Moren Brito, Miguel Krassnoff, Fernando Laureani y Gerardo Godoy, tras ser notificados de la condena que a comienzos de 2004 les impuso el juez Alejandro Solís y que fue ratificada en todas las instancias legales.

Contreras fue arrestado en medio de forcejeos con los agentes policiales.

De acuerdo a fuentes judiciales, Contreras se habría resistido a su detención y enfrentado con un arma de fuego a los agentes, que debieron a su vez desenfundar sus armas de servicio para reducir al militar.

El altercado, aunque no la utilización de las armas, fue confirmado por el ministro del Interior, José Miguel Insulza y desmentido por el abogado de Contreras, Juan Carlos Manns, que alegó un «exceso» de violencia de parte del personal de la policía civil.

Insulza dijo a periodistas «tener antecedentes sobre el altercado», pero señaló que «en ningún caso hubo riesgo de enfrentamiento».

El abogado Manns por su parte relató que Contreras fue sacado de su casa de forma violenta, «sin que haya mediado ninguna oposición de orden violenta de parte del general Contreras ni de parte de su grupo familiar».

«Entraron a la casa 25 personas, destruyendo cuanta cosa había, golpeando a las hijas del general, a unas sobrinas que estaban ahí y a los yernos, golpearon a todas las personas que estaban ahí», precisó.

«El problema se provocó cuando el señor Contreras se resistió al arresto y señaló que no iba a ir, por tanto el ministro (Solís) debió pedir una orden de detención y esa orden fue cumplida en una plazo razonable de tiempo», señaló por su parte el ministro Insulza.

El traslado del detenido se realizó en medio de un fuerte despliegue policial, que incluyó una caravana de nueve vehículos y un helicóptero.

Igual operativo se desplegó al ingreso y salida de Contreras desde los tribunales, donde era aguardado por unos 1.000 curiosos y familiares de víctimas de las dictadura, que a su paso lo insultado y lanzaron huevos y botellas.

En 1995 Contreras también se resistió a un arresto cuando se atrincheró en su fundo de Fresia, en el sur chileno, y luego en un hospital, antes de entregarse para cumplir la condena de siete años por el asesinato en Washington del ex canciller chileno Orlando Letelier, en 1976.

El gobierno, a través del ministro Insulza, calificó las detenciones de este viernes como «un acontecimiento histórico».

La sentencia es considerada un hito en la historia judicial chilena, ya que en ella se estableció que la Ley de Amnistía se que dictó en 1978 no era aplicable en casos de «secuestros permanentes».

En su resolución, la justicia consideró el delito se sigue cometiendo hasta que aparezcan los restos o se sepa qué les ocurrió.

El caso, de acuerdo a abogados de Derechos Humanos, debería sentar jurisprudencia en los más de 300 procesos por violaciones a los derechos humanos abiertos en los tribunales chilenos.

La totalidad de la cúpula de los servicios secretos fue condenada el año pasado por el crimen pero variados recursos judiciales dilataron el cumplimiento de la sentencia hasta este viernes.