Arrestan militar criticó estatuto catalán

Arrestan militar criticó estatuto catalán

MADRID (AFP) – El ministro español de Defensa, José Bono, ordenó el inmediato arresto domiciliario y propuso la destitución del alto mando del ejército que advirtió, en nombre de las fuerzas armadas, contra la reforma del Estatuto de autonomía de Cataluña, erigiéndose en garante de la Constitución y desatando vivas reacciones políticas.

Bono propondrá en el próximo consejo de ministros la destitución del alto mando militar que el viernes lanzó una diatriba contra el estatuto de Cataluña y a partir de ahora y hasta entonces cumplirá arresto domiciliario de ocho días, anunció un comunicado del ministerio. El arresto domiciliario del teniente general José Mena Aguado, así como su cese, son consecuencia de la aplicación de la Ley Orgánica de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, informó un comunicado del ministerio de Defensa.

La orden de arresto le fue comunicada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general de Ejército, Félix Sanz Roldán, que el viernes ya había propuesto al ministro la inmediata destitución del alto mando, cuyo retiro estaba previsto para marzo próximo.

Mena Aguado, de 64 años, uno de los tres adjuntos del Jefe del Estado mayor del Ejército y Jefe de la Fuerza terrestre, asistió este sábado al despacho del ministro de Defensa, que lo había convocado el viernes.

Estas medidas inmediatas y severas sancionaron la arenga pronunciada el viernes por el alto mando, cuando sugirió que el Ejército debía intervenir si el proyecto de futura ampliación de la autonomía de Cataluña superaba los «límites» de la Constitución, lo que provocó vivas reacciones en la clase política y en los medios españoles.

El viernes, en la celebración de la Pascua militar en Sevilla (sur), el alto mando militar eclipsó con su arenga el tradicional discurso de unidad pronunciado en Madrid por el rey Juan Carlos, jefe supremo de las Fuerzas armadas.

Afirmando que manifestaba el sentimiento de las tropas españolas, el teniente general advirtió sobre las «graves consecuencias» que podría tener en las Fuerzas Armadas y en su personal la aprobación del estatuto de Cataluña «en los términos en que está planteado».

La controvertida reforma del estatuto de Cataluña, que plantea cambios importantes en materia fiscal y judicial y propone la definición de Cataluña como una «nación», está siendo negociada por el PSOE y los cuatro partidos catalanes que la apoyan.

Este texto, fuertemente criticado por la oposición conservadora que lo ve como una puerta abierta a la «balcanización» de España, deberá salir suficientemente «descafeínado» después de su debate parlamentario ya que los partidos políticos españoles le presentaron unas 500 enmiendas.

El teniente general Mena Aguado invocó en su discurso el artículo octavo de la Constitución, que estipula que «las fuerzas armadas (…) tienen como misión garantizar la soberanía y la independencia de España, de defender su integridad y el orden tradicional».

«Los militares no deben participar en comentarios políticos (…) pero es nuestra obligación advertir», añadió.

La polémica quedó inmediatamente servida, los partidos nacionalistas catalanes y vascos denunciaron estas manifestaciones «inadmisibles», «inaceptables» y «golpistas».

Sin pronunicarse sobre el fondo, el responsable de la comunicación del Partido Popular (PP, derecha), Gabriel Elorriaga, consideró «inevitable» que se produzcan estas posturas, acusando al jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero de «frivolidad» en la gestión del tema catalán.

El partido socialista en el poder (PSOE) también criticó «la actitud irresponsable» del PP.

La prensa de izquierda como la de oposición, reclamaron este sábado la destitución del alto mando por sus «declaraciones superadas» y «anacrónicas».

El diario liberal El Mundo aludió a la «justificada sensibilidad que existe en nuestro país hacia todo pronunciamiento político» de un alto mando militar.

El catalán El Periodico, acaso el más virulento, denunció la diatriba «golpista» y la «insolencia» del oficial, «digno de ese ejército salido de la dictadura franquista y heredero de dos siglos de aventuras golpistas (…)».

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