Arroyo Yagüaza

Arroyo Yagüaza

Me preocupa el destino de todos aquellos arroyos y otros cursos de agua del Norte de Santo Domingo, que hoy desaparecen poco a poco. El último aniquilado en su nacimiento es uno de aquellos cursos de agua menores, situados a escasos veinte metros de la avenida Colombia. Al parecer, justo en la fuente, localizada a pocos pasos de la avenida Alberto Pérez Ricart, la antigua Sol Poniente, se levantará un edificio. ¿Qué ocurrirá el día en que ese curso de agua pase por encima de estas acciones y procure su lecho moribundo?
Es lo que ocurre con el arroyo Yagüaza, otro curso de agua más al Noreste del sector descrito arriba. Más vivo y activo todavía, el Yagüaza se aprovecha de las precipitaciones pluviales menos agresivas para subirse a la avenida Jacobo Majluta. Lo hace a escasos metros de una planta de gas licuado de petróleo (glp), con lo cual genera retrasos en el movimiento vehicular. Estos atascos no representan contratiempos, pues quien conduce apenas debe reducir la marcha del automotor. Pero, por supuesto, no deja esto de representar un inconveniente.
Con aguaceros fuertes, el charco de agua pasa por encima de los contenes laterales y central, anegando toda la pista. El resultado es la aparición de escoriaciones en el afirmado, que se multiplican poco a poco, pues el agua debilita la capa asfáltica.
Cuando se trazó la vía se tuvo en cuenta el arroyo. Pero la solución dada al paso del arroyo no fue, conforme se ha visto con posterioridad al trazado de la vía, el adecuado. Las salidas del agua no contemplaron una inclinación conforme la naturaleza del lugar.
Cabe que los expertos caminen por esta vía, por el lugar por el cual cruza el Yagüaza, tan pronto caigan tres gotas de agua. Aún durante un período sin aguaceros no es difícil identificar el problema, pues las escoriaciones del asfaltado aparecen como evidencias de un inadecuado manejo ante la Naturaleza. Como ocurrirá, si realmente se construye en ese otro arroyo del cual hablé al comenzar estas líneas, con el inconveniente de que los sustos los dará a quienes vivan en la edificación.

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