Arroz con pichirrí

Arroz con pichirrí

El arroz es vida. Ese es el lema que ha adoptado la FAO para promover el Año Internacional del Arroz, buscando alcanzar un aumento en la producción y un mayor acceso a este cultivo, tan vital en la alimentación, que da de comer a más de la mitad de la población mundial.

En República Dominicana, los políticos marrulleros conocen la importancia nutricional de este cereal y juegan con el grano dependiendo de la situación. El relajo ha llegado al descaro de provocar importaciones habiendo abundancia. Ha sido en esos momentos críticos cuando los nutricionistas locales se han empeñado en buscarle sustitutos, sin éxito, porque el criollo, que no es bruto, conoce por costumbre heredada el valor de este herbáceo y prefiere comprarlo caro antes que prepararse un moro de maíz o un locrio de maní, que no son blancos ni graneados y que, además, no resultan tan atractivos a la vista, el olfato, el paladar. Esta noticia de la FAO, en consecuencia, traerá regocijo al consumidor y lo preparará para enfrentar con pruebas el chantaje tradicional de gobernantes y productores.

Leyendo su declaración, y una interesante página que tienen en Internet, se conocen reveladoras propiedades del arroz y asombran los datos que aportan relacionándolo con el comportamiento de las diferentes culturas universales. En los remotos pueblos del sureste de Asia, expresan, los agricultores todavía comparan un grano de arroz con una pepita de oro y en el río Senegal, en África Occidental, los aldeanos dan la bienvenida a los invitados con platos de arroz especialmente preparados por ellos. En el Japón moderno, agrega, la gente considera el arroz como el auténtico puntal de su cultura.

“Así, pues, el arroz es un alimento, pero mucho más que un simple alimento. Es sociedad, cultura, política, negocio, la belleza del paisaje, la gente en sus comunidades. En pocas palabras, el arroz es vida”, resume.

La iniciativa de declarar el 2004 Año Internacional del Arroz surgió en 1999. El tema “El arroz es vida” refleja “la importancia del arroz como fuente básica de alimento, y se basa en la comprensión de que los sistemas basados en el arroz son esenciales para la seguridad alimentaria, la mitigación de la pobreza y el aumento del sustento”.

Este año del arroz multiplicará la oferta de empleos, incrementará la productividad y lo más importante: contribuirá a erradicar “este inaceptable grado de hambre”, ya que representa el veintisiete por ciento del consumo diario de energía.

El arroz es el único consuelo de los pobres y aquí hay gente que ha llegado a tal grado de miseria que ni siquiera puede comer arroz a diario. Pero este año hay esperanzas.

Tal vez en lugar de buscar sustitutos haya que ofrecer variedades de fórmulas para prepararlo porque el arroz no sólo alimenta y sacia los estómagos vacíos, sirve para infinidad de males. Ahora, como la crisis nacional es tan agobiante, la pobre ex clase media está comiendo arroz con pollo, pero la parte del rico bípedo que está a su alcance es el pico y pala, y como ahí están contenidos todos los restos que antes eran desechados, el hambriento dominicano no ha tenido otra alternativa que comerse, desesperado, con dolor de su alma, el arroz con pichirrí.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas