Arte Berri: cinco años de propuestas artísticas atractivas

Arte Berri: cinco años de propuestas artísticas atractivas

Cinco años quieren decir que la directora, Bingene Armenteros,  hizo un gran trabajo. El hecho que ella siga teniendo propuestas artísticas interesantes es una prueba de su eficiente labor. Muy pocas galerías perduran en el tiempo. Arte Berri logra objetivos no solamente artísticos – la presentación de artistas en sí misma-, sino también educativos a través de varios proyectos dirigidos a niños, entre otros. Una galería tiene como misión valorar las obras colgándolas en la pared, pero también el deber de recolocarlas en su contexto, su época y su camino.

El propósito de las dos colectivas actuales es presentar al público un abanico amplio de las elecciones hechas y defendidas por su directora. Muestran una gran variedad y cantidad de obras de alta calidad, con la presencia de pintores, dibujantes, fotógrafos y escultores. Entre los artistas seleccionados, podemos nombrar a Cándido Bidó, Amaya Salazar, Elsa Núñez, Pere de Ribot, Marcia Guerrero, Guillermo Armenteros, Alberto Ulloa y Juan Trinidad.

Por una parte, hay dos espacios, uno en el patio el otro en el interior de la galería, dedicados a las esculturas con título “El mundo en 3D”. Dentro de la galería, encontramos entres otras, dos obras de caoba de Juan Trinidad. Son testimonio de la solidez y del equilibrio del trabajo de un artista que siempre tiene presente la calidad y la perfección del resultado en el tratamiento de la materia. En este caso, la superficie de la madera es tan perfecta que podría pasar por ébano o granito. Ambas obras muestran el dominio y la madurez de una artista que tiene una trayectoria hecha de dedicación, perfeccionismo y precisión. Las figuras esculpidas parecen venir de una época ancestral, con una real modernidad, de forma que el artista inscribe sus obras en la intemporalidad.

A la verticalidad de las obras de Trinidad se oponen dos piezas de bronce de Amaya Salazar. Se siente la presencia de los cuerpos y de la expresión de una intimidad ligada a un movimiento retenido. La expresión tan sugestiva da un toque poético a estos bronces, lo que es un gran desafío para una materia tan difícil a trabajar. Amaya Salazar logra en el bronce, efectos y expresiones que por lo general, sólo el yeso o el mármol permiten plasmar.

El caballo de Enrique Angulo muestra la potencia y la energía de un animal encabritándose como lo hacen los caballos de Marly en los campos Elíseos de París . La gran precisión en los detalles caracteriza el caballo de él. El guiño viene del artista Omar García, con sus divas exuberantes parecidas a las de Nikki de Saint-Phalle.

Por otra parte, están las cuatro salas que forman un segundo espacio, enfocado a la naturaleza. Fotografías, dibujos y pinturas componen un ambiente donde las surgencias y los propósitos artísticos permiten un viaje ecológico y sin fronteras.

En la entrada, una obra única de Cándido Bidó, un Cristo de los años 70, donde las soluciones plásticas son apenas visibles pero ya están presentes. Las fotos de Guillermo Armenteros nos ofrecen una reflexión y un momento de contemplación de la belleza efímera de la luz solar. Son atardeceres espectaculares con colores vivos. Armenteros, con un crepúsculo en cabo rojo, ilumina toda la sala con sus rojos profundos e intensos, que son un eco al lienzo de Amaya Salazar, también en tonos rojos. Angelita Casals juega en sus fotos con tonos más pasteles, con mucha suavidad y sensibilidad.

La sala del fondo, una selección ecléctica, donde de se puede observar una técnica mixta de Héctor Ledesma representando aves endémicas al estilo de los ilustradores de libros de botánica, técnica parecida a la de la acuarela. Un Olivier Bertoni de estilo “Street Art”, obra muy gráfica y espontánea, representa un perro. Un gran carboncillo de Amaya Salazar, con mucha fluidez y poesía, completa la selección sin olvidar dos artistas: Perre de Ribot y Enriquillio Amiama con un homenaje a Jasper Johns de lo más interesante. 

Como vemos, la presentación de las dos colectivas es muy variada y rica, y ofrece al visitante – ya sea coleccionista o amante del arte – una representación interesante y amplia de lo que puede proponer una galería de la talla de Arte Berri.

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