Arte Contemporáneo
Diez toques de luz

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Entre las exposiciones colectivas de artistas nacionales más “interesantes”,  organizadas y presentadas en esta primera mitad del 2010 que, en este junio reflexivo y expectante, confirma y consuma a plenitud la maravillosa, excesivamente real y efímera espectacularidad cultural dominicana, se impone registrar la entrega titulada “Toque de Luz/10 Visiones-10 Voces”, muestra que presenta, desde el pasado martes 18 de mayo, el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos -CODAP- y cuya “importancia” o pertinencia propositiva tiene que ver con una serie de  elementos curatoriales que aseguran la coherencia museográfica y la resistencia crítica del cuerpo de obras que  la integran.

Los expositores son Manuel Montilla (1948), Dionis Figueroa (1956), Elvis Avilés (1965), Dionisio De La Paz (1955), Lizette Mejía (1958), Hilario Olivo (1959), Genaro Phillips (1955), José Sejo (1958), Claudio Espejo (1958) y Rafael De Lemos (1951). Cuando uno piensa esta lista, asimismo trata de advertir las vías, los “caminos” del diálogo o recursos  alternativos de convocatoria que posibilitaron los óptimos resultados curatoriales, pues una combinación selecta, reducida y efectiva, tanto en el orden de las personalidades como de las obras escogidas, es un objetivo no muy fácil de materializar atendiendo a los penosos efectos del “turbión” inefable que toca al escenario artístico-cultural local, caracterizado desde hace ya un par de décadas por las miríadas de “egos en almíbar”, los “gargantas profundas”, cohetes explotados de insaciable hambre de fama  y “maestrías a rajatabla”. 

Asumiendo como curador y principal responsable, Hilario Olivo es el confeso autor del  texto que motiva y sustenta la propuesta de “Toque de Luz/10 Visiones-10 Voces”. Desde hace más de dos décadas, Olivo mantiene un estrecho y fructífero diálogo, así como una excelente comunicación, no solo con Manuel Montilla, quien, junto a Alberto Ulloa y Alonso Cuevas, constituyen la trilogía más emblemática del panorama artístico dominicano de los 70, sino también con artistas fundadores, al igual que él mismo,  del ya mítico “Colectivo Generación 80”, tales como Elvis Avilés,  Dionisio de la Paz, Sejo, Lizette Mejía, Genaro Phillips y Claudio Espejo. Al parecer, Olivo se ha decidido definitivamente a asumir un liderazgo reflexivo y orientador, con presencia bastante activa dentro de la actual directiva del CODAP, encabezada por  el consagrado pintor Antonio Guadalupe, y como confiable “selector” de lo mejor de la producción reciente de este representativo grupo de compañeros de generación.

Está en sus aguas claras y muy bien edificado Hilario Olivo cuando advierte: “Si la memoria no me traiciona, no recuerdo haber visto una muestra colectiva en los últimos años,  de la magnitud, en términos cualitativos, de la que hoy se presenta en esta sala de exposiciones, denominada Gaspar Mario Cruz, en honor a nuestro apreciado profesor e importante escultor dominicano. Esta exposición, en la que participan 10 connotados artistas, se caracteriza porque en ella convergen, en un diálogo armónico, dos generaciones: la del 70 y la del 80; proponentes, ambas de un discurso transformador que vino a contribuir de manera acentuada con el desarrollo de las artes visuales en la República Dominicana”.

La precisión generacional, la intensidad del proceso de desarrollo de su universo simbólico personal -llegando en la mayoría de los casos a un nivel de máximo esplendor- y la riqueza de la factura estética de  cada una de las obras seleccionadas, también permiten destacar la dignidad y “diferencia” de esta propuesta del CODAP respecto a  otras tantas colectivas que, mensual, semanal e “inconteniblemente”, se proyectan  y casi nos abruman desde las galerías, museos y centros culturales más activos del circuito artístico metropolitano.

Además, la impenitente predisposición “analítica” de Hilario Olivo -que  también se aprecia en el “control” críticamente racional de los recursos expresivos con que materializa su propia obra-    le ha  sido bastante “conveniente” a la hora de “armar” una exposición cuyo riguroso cuerpo de obras, en última instancia, nos permite calibrar los niveles de calidad estética, profundidad discursiva y transparencia ética, que adquieren las ideas, visiones y percepciones más intimas de cada uno de los expositores, artistas que, precisamente en estos momentos, se encuentran en pleno proceso de madurez y actividad creadora.

Las notas más brillantes de esta muestra están cifradas en una serie de obras pictóricas significativas como las tituladas “Maletón con bisutería, funditas y algo más”, de Elvis Avilés;  “La espera”, de José Sejo; “Personas entrelazadas”, de Hilario Olivo”;  “Memoria del silencio”, de Lizette Mejía; “Vida en común”, de Manuel Montilla;  “Cuerpo en amarillo”, de Claudio Espejo”; la sorpresiva y sorprendente “Ilusión marginal”, de Genaro Phillips y “Pico de Agua-Serie de los Puertos”, de Dionis Figueroa, sin duda, el más depurado, de mayores vínculos con la Escuela de Nueva York y de más fina sensibilidad, entre los artistas abstractos de su generación en Santo Domingo. Y, precisamente, esta obra formidable, de notables resortes líricos y sorprendente capacidad evocadora, ejecutada durante su larga estancia en los Estados Unidos (1994), se constituye en una elocuente y espléndida demostración de lo que aquí se suscribe. “Toque de Luz/10 Visiones-10 Voces” permanecerá abierta hasta próximo jueves 17 de junio en el local del CODAP, ubicado en la Calle El Conde # 58, Zona Colonial de Santo Domingo.

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