Arte Contemporáneo. ¡Reyes Ocre revela sus secretos!

Arte Contemporáneo. ¡Reyes Ocre revela sus secretos!

Aunque Picasso dijera alguna vez que jamás buscaba, sino que siempre encontraba, también dijo que había tenido que “beber petróleo para escupir fuego”. Sin embargo, con tales declaraciones, el más célebre, renovador y productivo entre los grandes taumaturgos de la pintura del siglo XX sólo respondía con genial lucidez y profunda ironía a quienes le cuestionaban sobre su “sistema” de trabajo, desenmascarando a muchos que, con fastidiosa teatralidad y otros gestuales “acicalados”, discurseaban (como hoy lo hacen otros tantos) sobre su “metodología”, presuntamente infalible, de “búsquedas y encuentros premeditados”.

A la hora de la historia y de la crítica del arte contemporáneo, “yo digo que hay que ser vidente” (Rimbaud) y atreverse al intento de ser útil mediante un seguimiento atento de la intrínseca relación entre vida, creación y producción. Desde luego, esto no quiere decir que para comprender o valorar las obras y trayectorias creativas singulares haya que conocer al dedillo las particulares intimidades de cada artista. Pero, si el historiador y el crítico no reaccionan atentos, abiertos y sensibles, sus crónicas y criterios devienen anacrónicos y antiéticos al mismo tiempo que alimentan el falso sueño o, más bien, la terrible pesadilla de la “fama” indispensable del artista.

El proceso de registro de la extraordinaria multiplicidad de cuestiones y facetas que enriquecen la realidad artística dominicana contemporánea reclamaría un compromiso radical frente a las instancias y presencias auténticas, proactivas y definitorias de tal realidad. Pero, en determinadas circunstancias, cumplir con dicho compromiso implica proceder bajo el signo de la discreción y, sobre todo, guardando la debida distancia para evitar cualquier tipo de anticipación o contaminación en dicho proceso.

El caso específico de Junior Reyes Ocre es tan solo un ejemplo de la constancia que, durante los últimos cinco años, he mantenido silenciosamente sobre su práctica creadora, así como sobre otras tantas minucias reveladoras de su personalidad artística. Y aunque es cierto que, desde hace más de una década, Reyes Ocre se proyecta como uno de los principales exponentes del arte dominicano de las últimas generaciones, tanto a nivel local como en el plano internacional, resulta que es, precisamente, ante sus hallazgos pictóricos más recientes que podríamos advertir el definitivo proceso de depuración conceptual, así como el inminente potencial de trascendencia que arde en su producción simbólica.

Efectivamente, en el reducido y atractivo cuerpo de obras de su exposición titulada “Revelando Secretos”, abierta desde la noche del pasado viernes 4 de abril en una de las salas del segundo nivel de la Galería Nacional de Bellas Artes, el emergente Reyes Ocre accede a unos niveles sorprendentes de libertad expresiva al mismo tiempo que, mediante un lenguaje de resuelta informalidad, experimenta con las posibilidades del extrañamiento perceptivo del espectador frente a la superficie pictórica.

Entre las obras estéticamente mejor logradas y de mayor riqueza metafórica de dicha muestra destacan las tituladas “Señales del mar de Nibiru”, “El ADN de un planeta”, “Ruinas del recinto claro”, “Génesis”, “Especies de los manglares”, “Protectores de perlas”, “Aquel otro lugar”, “Escondite”, “Soñando como pirata” y “Entrega obligada”, todas ejecutadas en técnica mixta sobre tela y a través de las cuales Reyes Ocre materializa un universo visual esencialmente abstracto en el que se establece una dialéctica imprevista a partir de la majestuosa síntesis del símbolo, la gestualidad espontánea y los densos juegos texturales de la materia.

“El planeta Tierra solía ser apacible, un lugar agradable para vivir. La Madre Naturaleza entregaba sus deliciosos frutos a los seres que habitaban este lugar. Con el paso del tiempo, estos seres comenzaron a sentirse superiores y dueños de este planeta, que los albergaba y protegía. Lo maltrataron y abusaron de sus recursos hasta que inevitablemente colapsó. Sufrió daño la atmósfera de este planeta causado por el descontrolado mal uso de los recursos adquiridos y saqueados sin ningún control”…

En esta declaración, Reyes Ocre nos suministra algunas claves sobre los contenidos objetivos que sostienen las pinturas que integran la exposición. Tales contenidos nos remiten a su profunda sensibilidad y a sus íntimas reflexiones sobre los efectos del cambio climático a nivel global, el ecocidio y la degradación de los ecosistemas naturales que amenazan de manera dramática el equilibrio vital de las diversas especies y la supervivencia de la misma humanidad en nuestro planeta.

En algunas de estas pinturas, parecería como si se manifestaran energías, destellos, estructuras, signos y espacios turbios, corrosivos o sombríos; ruinas, atmósferas y alusiones transfigurales como especie de seres híbridos, corales, esferillas, hongos, frutos, organismos, oleajes, desiertos e insondables profusiones submarinas.

Sin embargo, tales manifestaciones no tienen consistencia precisa en las superficies pictóricas ni en el espacio imaginario. Aquí todo es ficción, espejismo, vertiginosa alucinación y sucesivo desbordamiento imagético. Asimismo, en estas obras recientes se advierte de inmediato una búsqueda afanosa y todavía más ardiente por parte de Reyes Ocre tras los fundamentos románticos y esotéricos de la práctica pictórica. De ahí que la mayoría de los trabajos que integran la muestra “Revelando Secretos” adquieren su notable capacidad de resistencia crítica a partir de la enfática intención del artista por profundizar sobre la factura rigurosa, la experimentación informal, la artisticidad, la dignidad y el esplendoroso misterio de la superficie pictórica.

Reyes Ocre

Junior Reyes Ocre, nace en Nagua, el 27 de diciembre del 1976. Es egresado de la Escuela de Bellas Artes de Santiago de los Caballeros. En 1996, presenta su primera exposición individual en el Club Casino de la Costa de su ciudad natal. Desde entonces, ha realizado diez muestras individuales y participado en numerosas exposiciones colectivas en importantes galerías, museos y centros culturales de la República Dominicana, Estados Unidos, Europa y América Latina. En el 2003, es seleccionado en Tercer Concurso de Pinturas de las Américas organizado por Casa de Teatro. En el 2004, participa en la feria “Expo América”, Ciudad de Panamá. La firma Sony (J&N Records) selecciona cinco de sus obras para la portada de la recopilación de los hits musicales del 2005. En el 2008 obtiene el segundo premio del Concurso Anual de Pintura de la Junta Agroempresarial Dominicana.

Entre sus más recientes exposiciones colectivas figuran: “Raíces Caribe”, Museo Génova, Cádiz, España (2010); Galería Latín Fine Art, Nueva York, USA (2010); “El color del Caribe”, Mesa Fine Art, Santo Domingo (2010); “Dos tiempos dos estilos”, Museo Latino Americano, Las Vegas, Nevada, USA (2010); Perth Amboy Gallery, New Jersey, USA (2013); Middlesex County College, Edison, New Jersey, USA (2013). En el 2011, la Embajada de la República Dominicana en Francia lo elige como uno de los artistas dominicanos más influyentes en el plano internacional. En el 2012 obtiene el Gran Premio en la modalidad acrílico del “Festival International et Grand Prix de Peinture de la Ferté-Bernard”, Francia.

 

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