Arte contemporáneo
¡Sin Frontera!

Arte contemporáneo <BR>¡Sin Frontera!

Desde la noche del pasado miércoles 17 de febrero, el Museo de las Casas Reales está presentando una importante muestra conjunta de dos notables pintores de la Hispaniola que,  aún perteneciendo a dos generaciones bien distantes, se conectan en un diálogo esencial y revelador que nos permite confrontar directamente los niveles de trascendencia que adquieren la espiritualidad y la consciencia identitaria del Caribe a través de la forma y el color, a traves del signo: desde los territorios de las imágenes y desde la misma práctica ética de la imaginación.

Dicha muestra, titulada “SIN FRONTERA”, está compuesta por más de veinte obras en diversas técnicas y distintos formatos sobre tela del consagrado artista haitiano Harry Jacques-Arijac- y del joven pintor dominicano José Morillo, a quien hay que situar, sin ninguna duda, como uno de los máximos exponentes del  denominado “arte  naive” en nuestro medio, que es mejor decir de la expresión primitivista en la plástica dominicana de la modernidad.

Organizada conjuntamente por el Museo de las Casas Reales-dirigido por la Dra. Ana Yee de Khury- y la Galería Bodden, esta esplendida y cálida muestra se nos revela como nueva prueba de la justificación o efectividad de la práctica artística y de la promoción del arte y la cultura como hechos solidarios. La exposición también cuenta con los auspicios de la empresa Prregis Art Promtion y del Centre d’Art, célebre institución artística y cultural fundada en Puerto Príncipe en 1944 y la cual ha quedado totalmente destruida por el terremoto que destruyó la capital haitiana la tarde del pasado 12 de enero.

Así, la propuesta de J. J. Bodden, extractando con rigor y equilibro la obra de dos creadores respetados y admirados por su condición de verdaderos portadores de esencias, adquiere un alto grado de dignidad ante tantos “cantos de solidaridad”  o retahíla  de “acciones” seudosolidarias que no son otra cosa que la manifestación del morbo, del instinto de fascinación ante lo peor que afecta a ciertas individualidades, grupos y corporaciones  de toda índole, en sus más penosos procesos o instantes de desesperanza y desesperación.

Dedicada con discreción y devoción al pueblo de Haití, ante el inmenso dolor que le embarga luego del terrible terremoto que ha dejado más de trecientos mil heridos y más de doscientas mil victimas, “SIN FRONTERA”, propone en el MCR un encuentro de dos artistas con notables conexiones espirituales y estilísticas, así como un reencuentro de dos pueblos más allá de sus diferencias culturales y a traves de la celebración de su lenguaje más común, espontáneo y singular, que no es otro que ese mismo que resplandece con asombrosa vitalidad en sus  imágenes identitarias, en sus  manifestaciones plásticas y visuales más originales.

En síntesis

HARRY JACQUES-ARIJAC-

Arijac nació en Gonaïves el 11 de agosto de 1937. Trabajó como Arquitecto en la firma de Sacha Tebó y en la División de Construcción de Escuelas del Departamento de Agricultura de Haití hasta 1975. Inició su carrera artística en 1965. Es reconocido internacionalmente como uno de los pintores haitianos más representativos. Aunque es  un admirado maestro del color, así como un  observador sensible ante las complejas circunstancias sociopolíticas que signan la realidad de su pueblo, Arijac jamás se  entusiasma demasiado  con los fuertes contrastes de la luz tropical  ni con la inevitable reflexión  crítica que reclaman  la tragedia y la ignominia. En sus pinturas estalla un universo visual policromático  que nos remite hacia los territorios del encanto, de la magia, la fantasía y lo Realmaravilloso.

En sus obras pictóricas más importantes, Arijac llega a representar y celebrar a la mujer haitiana como la “Mulatresse”, evocando su interracialidad, su sensualidad y su belleza única como características distintivas. En esta dirección, su abordaje del tema femenino se conecta con la tradición que profundizan en la pintura haitiana de la modernidad artistas como Petion Savain (1906-1973), Antonio Joseph (1921), Luce Turnier (1924-1994) y Sacha Tebó (1934-2003), con quien trabajó en su firma arquitectónica a principios de los años 60 y luego perfeccionando la técnica de la encáustica a principios de la última década del siglo XX.

En sus “marinas”, paisajes y escenarios populares, opera siempre un equilibrio sorprendente  entre el rigor factural y la simplicidad  con que expresa los contenidos objetivos. El carácter abiertamente lúdico y el lirismo afectivo de sus imágenes, más el desborde imaginativo, hacen que la obra de Arijac adquiera una diferencia bastante notable respecto a la de algunos de sus paisanos llamados “impresionistas” que abordan en sus obras distintos aspectos de la tradición, la cotidianidad y la realidad social haitianas contemporáneas. Me refiero a artistas consagrados y de igual reconocimiento internacional como Carlo Jean-Jacques (1943-1990), Gesner Armand (1936) y Ernst Louizor (1932), entre otros…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas