Uno de los aspectos abordados por los miembros del Jurado de Selección de la XXV Bienal Nacional de Artes Visuales fue el declarado proceso de crisis y desprestigio que enfrenta dicho evento. La Bienal está que arde, dice por Internet mi amiga y colega Clara Caminero K. Y no solamente por el último rumor virtual que circula expandiéndose como un virus maligno y revelando la premiación de un supuesto plagio. ¿Será posible?
Mientras tanto, Rosalba Hernández, al igual que muchos otros artistas cuyas obras fueron rechazadas por el Jurado de Selección, ha quedado tan chocada que no esconde su profundo desencanto al afirmar dolorosamente que su profesión es actualmente la más prostituida de todas en nuestro país. Eso esta bien fuerte
Aunque muchos no lo sepan y algunos ni lo recuerden, la Bienal Nacional de Artes Visuales es la más antigua del continente americano en su categoría. Iniciada en 1942.
El proceso transformador de la Bienal ha sido lento, muchas veces traumático, siempre sostenido y definitivamente enriquecedor. Esto último lo pueden apreciar muy bien quienes se atrevan en estos días a coger el sofoque de la cuarta planta del Museo de Arte Moderno y aventurarse al recorrido de la nueva exposición permanente que ahora incluye una apretada selección de premios bienales que son verdaderos iconos del arte moderno y contemporáneo de la República Dominicana, tales como las de Celeste Woss y Gil y Yoryi Morel(1942); Darío Suro (1946); Marianela Jiménez(1952); Jaime Colson, Joseph Fulop y Antonio Prats Ventós (1954); Clara Ledesma, Silvano Lora, Gaspar Mario Cruz (1956); Eligio Pichardo (1958); Paul Giudicelli(1963); Gilberto Hernández Ortega, Domingo Liz y Luichy Martínez Richiez (1972); Ramón Oviedo, Candido Bidó y Orlando Menicucci (1974)
Pero, mis notas sobre la Antología de la Bienal deben seguir pendientes, pues en esta ocasión se impone valorar uno de los aportes más significativos de la Bienal a la realidad artística dominicana de la actualidad. Ese aporte es, sin ninguna duda, el espacio propicio para el debate, la oportunidad única e irrepetible de pensar la bienal desde la reflexión crítica y desde la apertura hacia la preparación inminente que reclaman y las principales instancias del sistema cultural nacional.
Como apertura definitiva del espacio crítico que aporta la Bienal se pueden considerar el programa de eventos teóricos que se está desarrollando en el Auditorio del MAM hasta el 15 de noviembre, así como las reflexiones críticas de Carlos Francisco Elías (Clave Digital), Marianne de Tolentino y Vladimir Velázquez (HOY/Areíto, 29-08-09).
Cada uno de estos respetables profesionales han expresado abiertamente sus muy personales puntos críticos, ciertamente muy disímiles y bien fundados a nivel técnico e intelectual, pero, estoy seguro, con búsquedas, esperanzas y respuestas todavía más distantes. Marianne de Tolentino ha señalado el proceder excesivo del jurado de selección, los desaciertos del jurado de premiación y el fortalecimiento que aportan la notable presencia del video y la performance (HOY/Vivir, 29-08-09). Tiene razón doña Marianne cuando reclama resultados distintos al Jurado de Premiación ante obras como las de Iris Pérez, Limber Vilorio, Miguel Ramírez y Pedro Terreiro. Yo agregaría también las de Raúl T. Morilla, Leonardo Duran, Lucia Méndez, Patricia Castillo y las fotografías de Alain Bañón Perad.
Entiendo que hay que estar atento a las reflexiones de la señora Tolentino, pues se trata de una de nuestras profesionales de mayor experiencia e incidencia en asuntos de artes visuales y bienales, tanto a nivel nacional como internacional. Un punto importantísimo en el que coincido con ella es en el de la necesidad de una revisión profunda de los objetivos, los resultados y la razón de ser del Comité Organizador.
Aunque nadie podría, en su sano juicio, negarle al queridísimo Carlos Francisco -Cuchi- Elías sus aportes y méritos a la hora de dar seguimiento a esa especie de llamarada de lo efímero que significaría el proceso expansivo de la cultura visual dominicana en las últimas cuatro décadas, algunos advierten que siempre tiende a exagerar y que esta vez se trata de otro de los tantos deja vu de nuestra insólita cotidianidad al proporcionarnos un ambiente casi tétrico durante la noche inaugural de la XXV Bienal.
Sin embargo, en este caso, lo importante es que no se trata de un duelismo que aparentemente para persistir con el dedo en la llaga, sino que el Cuchi acierta con su propuesta de profundizar: El tema de la Bienal Nacional de Artes Visuales y la Bienal del Caribe, debiese ser un tema a debatir… Pero de todos modos, a 10 años de cultura perdida, cabe una simple pregunta: ¿Es el sector de las bienales que solo está en crisis o es todo el sistema cultural de postalita y chulerías de sobres grandes y largos filos que está en crisis?
Ahora bien, lo correcto sería que en estos meses de bienal-natimuerta, la Asociación Dominicana de Críticos de Arte dedique sus espacios de la crítica y el público a este tema.
Abil Peralta Agüero, respetado crítico de arte y actual asesor cultural de la presidencia de la Cámara de Diputados también estuvo presente la noche inaugural. Se confiesa Un bienalista radical, profundamente perturbado por los resultados de la XXV Bienal y admite que: tengo miedo, percibo signos concretos de conspiración contra la Bienal que deben ser confrontados, siempre dentro del marco del debate intelectual, la decencia y el sostenimiento conceptual más avanzado, que dictan la historia y evolución de la industria cultural contemporánea. Es tiempo de ir al debate, es tiempo de la reflexión crítica institucional, que por fin algunas de las instituciones profesionales llamadas a representarnos se pronuncien por lo menos con dignidad y decoro.
Peralta Agüero también propone una convocatoria urgente a la sección dominicana de AICA, al Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, a la Asociación Dominicana de Galerías de Arte y a la sección dominicana de la Asociación Internacional de Museos, por lo menos para que nuestra amadísima Bienal vuelva a formar parte de la agenda de vida de los artistas dominicanos, de la agenda emocional del país, con todo el esplendor, calidad y dignidad que la han caracterizado en sus mejores momentos Continuará.