Edouard Duval-Carrié (1954) es un doble arquetipo en tanto artista y ser humano del siglo XXl. Vidente, nómada, ligero, alegre y  fraternal. Su poética es lúdica, despejada, místicamente fugitiva de toda aridez racional. En ocasiones, procede como un cronista de la tetricidad y la ironía, deslizándose a través del turbión psicohistórico y las especulares miserias sociopolíticas del Caribe.

Otras veces es brillante imaginero del absurdo, propiciador de tramas energéticas, iluminaciones y “resguardos” geométricos. Geometría divina. Texturas purificadas. Floresta y microcosmos estallando desde su policromía alucinógena como espléndidas fracciones de un espejo subvertido.

Duval-Carrié ha estado nuevamente en Santo Domingo con motivo de la apertura de su muestra personal en Lyle O. Reitzel Gallery, ubicada en el primer nivel de la Torre Piantini: Gustavo Mejía Ricart esquina avenida Abraham Lincoln.  En esta visita llegó y partió como si fuera “un celaje”, pero ese mismo tiempo le dio justo para intercambiar abiertamente con los coleccionistas, con la crítica, con sus amigos y colegas dominicanos que le respetan y le admiran, no sólo por su obra creativa definitivamente diferenciada, sino también por su compromiso en favor del diálogo multicultural y la proyección del arte caribeño contemporáneo. Precisamente, ahora mismo se encuentra inmerso en la organización de una muestra de artistas emergentes del Caribe que se presentaría en el contexto de Art Basel Miami Beach 09.

Edouard Duval-Carrié emerge  en los inicios de la década de los 80s como nuevo taumaturgo de la polisíntesis: proceso de reapropiación,  asimilación y tamizaje de una extraordinaria diversidad de valores, signos culturales, poéticas operativas y discursos estéticos en perpetua transmutación. Proceso de depuración conceptual de un universo visual y una práctica creativa que desde  hace más de tres décadas  reafirman la  unicidad, vitalidad y trascendencia de “lo que el Caribe ha dado al mundo” (A. Carpentier).

Ético desde la lucidez, persiste el nómada  hacia los fértiles abismos de la magia inagotable. Lo mágico en la poética pictórica de Duval-Carrié brota desde la misma mirada prospectiva del espectador. Desde la in-visibilidad de lo esencial. Desde la fuga  cristalina a través de atmósferas y juegos texturales deliciosamente sugestivos que operan como inminencias del deseo, el sueño, la profecía y la ficción. 

“Life in North Caribbean”, extracto que en esta ocasión presenta Lyle O. Reitzel, nos permite apreciar la efectividad y polivalencia simbólica distintivas de la obra reciente de Duval-Carrié. Trabajos como  “Anguished Man”, “Blue Spirit”, “Coral Head Mutant”, “Dead Radiant Islanders”, “Claro de luna II”,  “Bestias del pantano”, “Salve” y Radiant Islanders” ( 2007), resisten como precarios territorios del asombro. Cartografía de azul ultramarino. Policromía vegetal, magnética  y progresiva. Intangible horóscopo de primavera y esmeralda.

Siluetas fugitivas tatuadas de estrellas y encaladas caracolas. Dorados filamentos del alma, el tiempo y la materia. Promesas del salitre. Espacios abisales y cálidas superficies habitadas por los dioses proscritos del rocío. Sirenas y quimeras inflamables. Pétalos de arena, esporas, mandalas y seres de coral. Celajes minerales de la mar, el miedo y la nostalgia del “aire” de las islas.

Otras obras de “Life in North Caribbean”, tales como “Triptych makandal”,  “Ile Flotante”, “Lava-Dandy”, “Mutilated Mutant”, “Tantric Siren”, “Reflecting Toussaint yellow”, Vigilante City”,  “Yellow Tainted Lady” y “Yellow Tainted Man”(2008), operan como imágenes de una alquimia ardiente y arriesgada. Grisallas de las sombras.  Paisajes y bocetos como promesas siderales. Son obras que resultan de un proceso creador bastante intenso y emotivo y en las cuales Duval-Carrié demuestra maestría en la ejecución y llega hasta los límites del preciosismo. Utiliza distintas técnicas, materiales y recursos expresivos: óleo, acrílico, tela, resinas sintéticas, madera y una sorprendente diversidad de elementos extrapictóricos. El marco deviene en elemento enriquecedor, resaltando un procedimiento fundamental en la tradición artística popular haitiana.

Edouard Duval-Carrié posee una sólida educación académica y una amplia formación multidisciplinaria. Pintor, escultor, dibujante, instalador, performer, manipulador de la multimedia y gestor cultural. Egresado de la Universidad de Loyola, de la Universidad McGill-ambas en Québec, Canadá- y de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, Francia. En 1980 realiza su primera exposición individual en el Centro de Arte de Puerto Príncipe. Durante las décadas de los 80 y 90 expone con frecuencia en importantes galerías e instituciones culturales de París, Londres, Bruselas, Colonia, Washington, Chicago, Texas, Los Ángeles.  En 1992 el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey-MARCO- organiza una exposición retrospectiva de su obra. En  1996 participa en la Bienal de Sao Paulo, Brasil y en 1997 en la Vl Bienal de La Habana, Cuba.

Sus obras pertenecen a importantes colecciones públicas y privadas en Europa , América Latina, Estados Unidos y el Caribe, tales como el Davenport Museum of Art, Davenpor, Iowa, EE.UU.; Miami Art Museum, Miami, Florida, EE.UU.; Musée des Art Africains et Oceaniens, París, Francia; Musee du Pantheón National, Puerto Príncipe, Haití; Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, México; The Detroit Institute of Arts, Detroit, Michigan, EE.UU.; The Collage for Human Sercvices, Nueva York, EE.UU.; Polo Museum of Art, Lakeland, Florida, EE.UU.; Musée du Colege St. Pierre, Puerto Príncipe, Haití; Museum of Latin American Art-MOLAA-, Long Beach, California, EE.UU.

En síntesis

Taumaturgo de la polisíntesis

Edouard Duval Carrié posee una sólida educación académica y una amplia formación multidisciplinaria. Realizó su primera exposición individual en 1980 en Puerto Príncipe. Expone con frecuencia en importantes galerías de París, Londres, Bruselas y Colonia. Sus obras pertenecen a valiosas colecciones públicas y privadas de Europa.