Arte contemporáneo
Enriquillo Rodríguez Amiama  expone de nuevo

<STRONG>Arte contemporáneo<BR></STRONG>Enriquillo Rodríguez Amiama  expone de nuevo

AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ
El ambiente artístico local ha recibido el 2008 tocado por una especie de “sahumerio” definitivamente excitante y un aire extrañamente cargado de optimismo. Digo extrañamente porque en nuestra “frikiante” polifonía republicana opera el efecto de que “aquí hay siempre demasiado misterio en todo”. Y este enigma ancestral en el decir popular estalla y se oye muchas veces porque mucha gente lo siente, lo dice, lo expresa y lo reproduce desde “adentro”.

Y esto es en todos los recintos de nuestra espectro republicano, no s?lo en los del arte y la cultura y ni si diga en la política,  en las iglesias, en los cuarteles, en los  reinos kafkianos de la burocracia publica y privada y hasta en las leyendas  urbanas del  fucú, de los huesos del Almirante, del “grado a grado”, de las 36 estatuas de resina con pátina de cobre chamuscado en el Monumento de Santiago o de las  temerarias y fulminantes patadas- como las de los monjes chinos en las “36 Bolitas de Shaoling”- que ya se temen ante la súperenigmática comisión  de las obras de arte público que se estarían “cocinando”  para las estaciones del Metro.

He aquí una prueba in-conveniente del oxigeno revitalizador y de la caliente atmósfera cultural que se respira recientemente en Santo Domingo:  ante la esperanzadora acogida que ha recibido la  oficial “mirada al arte”  y a los artistas nacionales, especialmente al grupo de los “consagrados”,  por parte del poder ejecutivo, a través de la Secretaría de Estado de Cultura,  de  la Dirección General de Aduana y de la Cámara de Diputado;  la situación del inmueble que sirve de sede al Colegio Dominicano de Artistas Plásticos  continúa envuelta en  una especie de tierra, o más bien  niebla, movediza, en la que “nadie se puede mover”, aunque todo estamos bien al tanto de la intensa jornada de diligencias que en los últimos meses llevan a cabo Alberto Bass, Presidente del CODAP y Antonio Guadalupe, su ex presidente y asesor, no s?lo ante las instancias jurídicas correspondientes , ante los medios  de comunicación o ante la misma “ base” de su organización,  sino también ante  las altas instancias de la Nación, que muy  bien pudieran disponer mayor determinación y aclarar, ya mismo, la  nebulosa que cubre el sensible caso del local del CODAP.

Si nuestros artistas plásticos y visuales tuvieran que quedarse “en las calles” o accionar desde ellas,  seguramente nadie va a saltar de su poltrona, pero en estos momentos eso resultaría terriblemente “misterioso” y todavía mas desconcertante para todo el espectro artístico y cultural nacional, especialmente después de las excelentes demostraciones de atención recibidas en los finales del 2007 y  de tan interesantes expectativas  con que iniciamos el  2008. Algunos pintores respetados hablan hasta de una conspiración contra el CODAP. Otros dicen que ya a las diez de la noche tienen miedo y se van a su casa con su abuelita. Y esto ya  es demasiado para mi mente. Así que, por ahora,  me gustaría despedirme de las acciones carnavalescas y de las notas  sombrías de mi amado paisaje urbanoagrario.

Mejor sigo atento a la  ejemplar labor de la Galería Alinka Arte Contemporáneo, la cual  desarrollo el pasado año  un consistente programa de exposiciones y actividades  educativas y que se reactiva en estos inicios del 2008 con la presentación de un vibrante extracto de la obra reciente del destacado pintor dominicano Enriquillo Amiama(1962), quien, la noche del  martes 15, y luego de ocho años sin exponer individualmente en el país,  inauguró con gran éxito  su exposición número 17, titulada: “Honrando a los Grandes Ligas”, en la que ha querido reconocer el aporte de las figuras estelares del deporte dominicano que se han coronado de gloria en el béisbol de los Estados Unidos al mismo tiempo que rinde homenaje a algunos de  sus más  estudiados y admirados  artistas  de las “grandes ligas” del arte dominicano, europeo y norteamericano de la modernidad.

Tal como ya he advertido, Herniquillo Rodríguez Amiama es uno de los más talentosos chef de file de la Generación de los 80s en Santo Domingo. Su sólida formación académica, su hipersensibilidad y su profunda compenetración existencial con los fundamentos  del Sistema Pictórico, más la persistente autorevisión  de sus recursos expresivos, hasta  llegar al grado de la mutación y la sorpresa, constituyen las claves de una práctica creativa que no teme desafiar el mismo poder seductor de sus calidas y esplendidas imágenes para, en sus obras recientes, internarse en el territorio perfecto, subversivo y maravilloso de lo inestable.

Curada con esmero por Abil Peralta Agüero, asesor de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte-ADCA-, la muestra está compuesta por 22 pinturas  de distintos formatos sobre tela, en las que Rodríguez Amiama procede mediante una  brillante polisíntesis  estilística  que nos deja ver sus cálidas, transparentes y sugestivas imágenes plasmadas a través de una estrategia creativa  especializada que le ha permitido desmitificar muchos de los prejuicios persistentes sobre la valoración general de las expresiones plásticas y visuales dominicanas de las últimas dos décadas, tocar con éxito el gusto de los sectores de nuestra sociedad que aprecian  los valores decorativos de la obra de arte y hasta impactar con su obra pictórica  la sensibilidad de otras latitudes más allá de las islas, en importantes espacios de resonancia para el arte latinoamericano a nivel internacional.

Así,  en “Honrando a los Grandes Ligas”, muestra que el artista y la galerías han querido organizar a beneficio de las niñas de la Escuela San Miguel de Manoguayabo, apadrinada por la  Fundación Pedro Martínez y Hermanos, con la campaña “Hay Poder en Aprender” y de Liga Escuela Enrique  Cruz de Béisbol Infantil y Juvenil,  Enriquillo Rodríguez Amiama nos deja ver su arribo a una etapa en la que su obra cobra un vuelo conceptual que opera a favor  de su resistencia definitiva. Este vuelo está logrado a través  de su ardiente asimilación, apropiación, combinación y transmutación de las imágenes y poéticas  vitales, tales como las de sus artistas universales favoritos como Henri Matisse(Francia), August Macke(Alemania), Sacha Tebó(Haití), Jasper Johns y Georgia O’Keeffe(EE.UU.) Kandinsky(Rusia), David Hockney(Inglaterra) o las de sus maestros y amigos dominicanos Guillo Pérez, Ada Balcácer, Cándido Bidó, Elsa Núñez, Domingo Batista e Inés Tolentino.

Entre las obras mas sugestivas resultan: “Dominicana”,  con la flor rosada de la cayena como imagen central  y dedicada a Georgia O’Keeffe y  resume la sutil visión metafórica del artista sobre la belleza femenina dominicana; “ Iconos del Deseo”; “Naranja”; “Azul”;  “Cuatro Círculos: Entre Johns y Matisse” y “Doble Paradoja: Johns no le puso título”. Asimismo: “Doble Paradoja: Blanco y Flor”,dedicada a Jasper Johns y O’Keeffe, combina una de las famosas dianas o blancos  del artista norteamericano con imagen de flor subyacente, evocadora de  la belleza femenina según la particular visión del pintor dominicano. Aquí los juegos de espacios en transposición, de los contrastes cromáticos y los movimientos circulares, confieren gran energía y dinamismo a  una resolucion en la cual el artista nos deja ver su libre manipulación del recurso de la pintura abstractogeométrica, de las poéticas viejovanguardistas del gestual espontáneo y del realismo simbolista del siglo XX..

Otras pinturas  notables de la muestra son: “Si Hockney visita Santo Domingo” y “Enamorados de Europa”.

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