Hoy 
Desde la noche del jueves 1 de julio, en la segunda planta del Museo de Arte Moderno se puede ver la impactante muestra de obras recientes del reconocido artista dominicano Aquiles Azar Billini, bajo el título Del fuego y la materia en la que destaca una serie de pinturas y dibujos que resultan de un proceso de depuración conceptual profundamente meditado y del acceso a unos recursos expresivos de máxima intensidad evocadora.
En este proceso, el artista reflexiona sobre su espacio vital y sobre la compleja realidad de su tiempo. Pero Aquiles Azar Billini no pretende la acción social ni religiosa a través del arte. Su obra nos remite esencialmente hacia las formas más abstractas que admite el mundo contemporáneo.
En estas reacciones ya no es posible la representación de lo real. Operan, más bien, como seducciones de la consciencia, pues, en este caso, estamos ante la obra de un creador para quien la misma superficie matérica implica las ideas de experimentación, fricción, abstracción, pensamiento, mensaje, logos. En esta serie destacan dibujos y pinturas en grandes y medianos formatos sobre lino belga y papel arches, tratados con medios mixtos y recursos extrapictóricos inusuales como el fuego y el humo.
Tal como advierte el propio artista: Del fuego y la materia, más que una propuesta estética es un proyecto que transciende en su praxis, escrutando el carácter del fuego interior y la materia mutante de la personalidad, que se encausa cuando lucubra su contenido Sus títulos: Algo grande viene, Vencedor y no vencido, el poder del presente, En el límite de la resistencia Emergen del interior de mis mensajes. Resultados de escudriñar el espíritu y la meditación de la Palabra en su aplicación práctica
En efecto, la de Aquiles Azar Billini es una obra profusamente dialógica y eminentemente especular. Aquí es el artista quien habla con la obra en el proceso de su materialización. Luego, es la obra quien habla, no quien la observa, la interpreta o la analiza racionalmente. Pero, en este caso la obra de arte no opera únicamente como cifra de la historicidad, como espejo de un espacio y un tiempo límites, sino también como espejo de la subjetividad en el tiempo mismo de la obra
En su poética el fuego implica energía, proceso, huella, calcinación, disolución, sublimación, confusión, fermentación, transmutación. Es resplandor, protección, regeneración, purificación, reacción fecundante. Fuego y espiritualidad. Fuego prístino que toma forma y transmuta la materia. Luz que ilumina el mundo Así como es fuego esencial con el que graba las sutiles y preciosas imágenes de humo en su serie de dibujos sobre papel, son también las mismas huellas del ardor espiritual las que reverberan desde sus densidades y transparencias
Como Jonás en el vientre del Gran Pez: tal es el excitante título de la obra pictórica con que Aquiles Azar Billini obtiene el Gran Premio de la XlX Bienal Nacional de Artes Visuales (1994), evento en que el Jurado también le otorgó un Premio Especial de Dibujo. La riqueza metafórica de su propuesta, el grado de compenetración existencial con el médium y la carga significativa que Azar Billini obtiene en este políptico de gran formato, determinan su resistencia como icono totalizante de la pintura abstracta dominicana de las últimas dos décadas.
Aquiles Azar Billini (1965) realizó estudios de Arquitectura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y en la Universidad Iberoamericana (UNIBE). En 1988 se gradúa en Bellas Artes e Ilustración en la Escuela de Diseño de Altos de Chavón. En 1990 obtiene el Primer Premio de Dibujo del Xlll Concurso de Arte E. León Jimenes y al siguiente año presenta su primera exposición individual en la Casa de Francia. Luego de obtener el Gran Premio de la XlX Bienal Nacional de Artes Visuales, Azar Billini participa en el XXVl Festival Internacional de la Pintura de Cagnes Sur-Mer, Francia; en la ll Bienal de Pintura del Caribe y Centro América y presenta una muestra individual en la prestigiosa Virginia Miller Gallery, Coral Gables, Miami, (1995). Fue premiado en la XXlll Bienal Nacional de Artes Visuales (2005) por su obra fotográfica El Hoyo 00-04. En el 2007 su obra ganadora forma parte de la exposición El Juego de la Diferencia: Penúltima Imagen de la Fotografía y el Video en Santo Domingo, presentada en el Museo de Arte de Caguas, Puerto Rico.
