Arte Contemporáneo
Oviedo: símbolo de Pintura latinoamericana

<STRONG>Arte Contemporáneo<BR></STRONG>Oviedo: símbolo de Pintura latinoamericana

La noche del pasado jueves 12 de febrero, la galería Arawak Arte Contemporáneo, ubicada en la  calle Rafael A. Sánchez #53 del Piantini, ha dejado inaugurada la exposición titulada “Oviedo, universo mágico”, curada por Mildred Canahuate y Antonio Ocaña,  en el marco de la celebración del  85 aniversarios del natalicio del reconocido artista dominicano Ramón Oviedo, creador de un universo visual eminentemente identitario que le ha llevado a establecerse como el más persistente y profundamente reflexivo entre los grandes pintores dominicanos  de los últimos 40 años.

En el contexto de esta celebración, el consagrado artista ha declarado su entusiasmo y su disposición de seguir renovándose constantemente en su proceso creador. Y, con toda seguridad-al igual que su admirado Vincent Van Gogh- seguirá haciéndolo bajo el lema vital  de “renovarse o morir”, pues la reciente realización de una serie de actividades que incluyen homenajes, debates y nuevas publicaciones sobre su obra,  indican que el 2009 será para el Maestro Oviedo un año sumamente activo y trascendental ya que en los próximos días se estarán anunciando públicamente otras exposiciones, proyectos y reconocimientos importantes en torno a su obra, trayectoria y personalidad artísticas, por parte de instituciones oficiales y privadas de la República Dominicana y del extranjero.

La obra pictórica, dibujística y muralista de Ramón Oviedo le ha merecido respeto y estimación como uno de los artistas latinoamericanos  más emblemáticos  de la segunda mitad del siglo XX. Precisamente, los aportes trascendentales de este gran maestro de la plástica dominicana y caribeña al arte latinoamericano de nuestro tiempo constituye el principal objeto de estudio que asume Cándido Gerón en su libro de reciente aparición titulado: “Oviedo, Símbolo de la Pintura Latinoamericana”.

Editado en español, inglés y francés -380 paginas-, formato de lujo y profusamente ilustrado con más de 500 imágenes, entre documentos inéditos  y  reproducciones de su obra que abarcan desde sus primeras etapas figurativas, pasando por el desarrollo y esplendor de sus distintos periodos neoexpresionistas; por su extensa y delirante producción gráfica hasta sus trabajos abstractos más recientes, “Oviedo, Símbolo de la Pintura Latinoamericana”, se impone como el estudio más abarcador y penetrante que hasta ahora se haya publicado sobre las raíces e implicaciones de su proceso creativo, así como sobre los niveles de elaboración estética y simbólica de la memoria espiritual, lo telúrico, lo ideológico, la sociorealidad, la psicohistoria y  lo existencial en la producción pictórica del maestro Oviedo a través de más de medio siglo.

Cándido Gerón es poeta, escritor, crítico literario y uno de los más reconocidos estudiosos del arte contemporáneo dominicano. Es el  autor de la “Enciclopedia de las Artes Plásticas Dominicanas”-que ha visto su 5ta. edición en el 2008- y de una serie de investigaciones sobre la plástica nacional en las cuales ha abordado anteriormente la obra de Oviedo. En esta publicación, Gerón reconoce al maestro dominicano entre los grandes pintores y dibujantes de América Latina: “Figura central del arte dominicano. Creador singular que nos recuerda de inmediato al Honoré Daumier fecundo, el que acostumbraba a decir: uno ha de pertenecer a su tiempo… Los personajes de Oviedo, aún en sus dibujos, responden al espectáculo de Daumier. A ese frenesí o cólera se agrega el espíritu ideológico, donde mayor fuerza concentra, por tratarse de un artista que no ha podido desentenderse de lo social, contraparte de la memoria telúrica, manera cercana y directa de ver las cosas (p.15).

Para el también autor de “Pintura Dominicana 1890-2000” y “Siglo XX en las Artes Visuales Dominicanas” (2003),  a sus 85 años, “Oviedo mantiene aún el poder de la imaginación y es una especie de iluminado. No podía ser de otro modo, por tratarse  de un artista de vena inquietante, poseedor de una magia densa, pero también aguerrida. Su arte tiene la sensación de lo eterno… Es clásico, moderno y vanguardista a su manera y cada pintura, acuarela o dibujo suyo tiene una referencia conceptual.

El espacio está delimitado por lo funcional y narrativo, por lo dúctil y la sustancia onírica, aunque a veces el artista nos ofrece un grafismo enmarañado, producto de sus potencialidades mentales. Su grafismo, compuesto por coordenadas espaciales siempre en perspectiva y en punto de fuga, aporta una contribución de valor inestimable al dibujo latinoamericano. Su talento innato saca a la luz lo sorprendente de su imagineria y pone de manifiesto su magistral manejo del lenguaje pictórico” (p.16).

Ramón Oviedo nació en Barahona el 7 de febrero de 1927. En 1974, con su obra “Uno que va, Uno que viene” obtiene el Gran Premio de la Bienal Nacional de Artes Plásticas. En 1978, el Almanaque Mundial lo registra como “Pintor cimero de la República Dominicana”. Oviedo ha exhibido su obra exitosamente en  galerías, museos, centros culturales y bienales  internacionales en  ciudades como San Salvador, Palma de Mallorca, México, París,  Cagnes-Sur-Mer; Miami, Madrid, Quito, Nueva York, La Habana, Panamá, Sao Paulo, Lisboa, Venecia,  Santo Domingo, Guadalupe, Martinica, Santiago de Chile, Lima, Buenos Aires, Florencia, Roma, San Juan  y Santo Domingo. 

En 1982 se inaugura su mural titulado “Mamamérica”, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), Washington, D.C. EE. UU. En 1985 se inaugura su gran mural en la sede del Banco Central de la República Dominicana.

En 1992 se inaugura su mural “Cultura Petrificada” en la sede de la UNESCO, París. En 1997 el Gobierno dominicano le condecora con la Orden al Merito de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Caballero; el Congreso Nacional lo declara “Maestro Ilustre de la Pintura Dominicana” y la Asociación Dominicana de Críticos de Arte le otorga el Premio a la Mejor Exposición de Artista Dominicano a nivel Internacional por su muestra “Persistencia Evolutiva de la Forma en la Materia”, presentada en la Galería Díaz Manzini, Caracas, Venezuela, y  en Virginia Miller Gallery Art Space, Miami. En 2004 se instala su mural en el Palacio de la Suprema Corte de Justicia de Santo Domingo.

A partir de la edición de este ultimo año, aparece la referencia su obra y personalidad en el diccionario enciclopédico Pequeño Larousse.  En 2007 su pintura mural “El Nacimiento de la Constitución” es incorporada a la Colección Permanente de Arte de la Cámara de Diputados de la República Dominicana.

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