Hay grandes festivales internacionales de arte, reconocidos mundialmente como una tradición, con una difusión mediática inmensa, pero hay otros, más modestos y mucho más accesibles, que se preocupan a la vez por los países invitados y por sus artistas. Es el caso del Festival Internacional de Pintura de la Ferté-Bernard, ciudad francesa orgullosa de su historia y riqueza patrimonial.

Se trata de una manifestación de arte y cultura joven, que se celebra anualmente desde 2009 y desde su segunda edición incluye un país invitado. Primero fue Corea del Sur, luego Rusia y ahora  República Dominicana, con un obvio propósito de dar a conocer el arte de distintos continentes y confrontar a diferentes expresiones según un mecanismo geográfico.

El evento está administrado y auspiciado por el Oficio de Turismo y la Municipalidad de la ciudad, un comité local especial, calificado como “equipo”, se encarga de las distintas tareas de organización. A pesar de la crisis y de la limitación del presupuesto cultural, hay la firme voluntad de seguir adelante, mantener la frecuencia de las ediciones, y que la exposición se vuelva itinerante.

Su sede es una magnífica y vasta edificación de dos plantas, un antiguo mercado bellamente restaurado y acondicionado para las manifestaciones culturales y las exposiciones, destacándose espacios e instalaciones perfectas desde las condiciones museográficas hasta la iluminación.

La convocación de los artistas extranjeros se hace a través de sus embajadas en París, y la Embajada de  República Dominicana cumplió más allá de sus encomiendas diplomáticas, con una participación muy activa y diversificada.

A la representación pictórica, agregó una muestra de artesanía y libros sobre el país, y también música, baile y conferencias. La selección de expositores, realizada desde la propia misión, comprendía una mayoría de artistas residentes en Francia, aunque no todos.

En el Festival de la Ferté-Bernard, varios pintores franceses de la región –la hermosa y próspera Sarthe– participaban como selección nacional.

Además un artista coreano y un ruso, ambos premiados, marcaban la continuidad del festival desde sus ediciones anteriores. Un jurado muy numeroso – ¡nueve personas!–, atribuyó los premios, seis en total, aparte de galardones secundarios –que equivalen a menciones de honor–.

La duración del festival es de 10 días, a finales del mes de septiembre, y ciertamente debe aumentar esa permanencia.

Miles de personas visitan la inmensa exposición colectiva, y la ceremonia de inauguración congregó a una sorprendente multitud. Era una manifestación particularmente abierta, sin discriminación alguna en la exposición y la premiación –que se sitúa algunos días después de la apertura.

República Dominicana fue la bienvenida, y se sintió pasar una corriente de aprecio y amistad. La embajadora Laura Faxas jugó un papel importante en esta relación privilegiada.

Además se contempla un intercambio para el año que viene, presentándose artistas de la región “sarthoise” en Santo Domingo.

Por cierto, respecto a  República Dominicana, recordamos cómo otro festival, hoy suspendido lamentablemente, el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-Mer, acogió a nuestro país, y los artistas dominicanos ganaron premios y menciones, siendo el primero el maestro Guillo Pérez –como él mismo nos lo recordó recientemente.

Los dominicanos en la Ferté-Bernard. En síntesis, la representación de  República Dominicana significó una muestra colectiva en la que se destacaban las personalidades individuales con pintura, fotografías y piezas artesanales de muy buen nivel.

El país presentó las obras pictóricas de Walkind Rodríguez, Gustavo Fermín, Víctor Ulloa, Rosario Marrero, Inés Tolentino, Radhamés Mejía, Nelson Ricart, Reyes Ocre, María Olivette Santoni, Jesús Desangles y Eneida Hernández.

También incluyó la excelente muestra fotográfica de Nelson Ricart-Guerrero y Christian Vauzelle, titulada “Fragmentos del Caribe”, y un impresionante conjunto de pinturas de Chichí Reyes. “Soul, magia y poesía”, exhibido en una antigua capilla reconvertida.

Siete artistas dominicanos fueron premiados, según decisión unánime del Jurado del Festival en la ceremonia de clausura, y se pudo observar que la selección dominicana provocó intensa curiosidad y causó una muy grata impresión, comparándola con los anteriores países invitados.

Walkind Rodríguez recibió el Premio del Festival; Inés Tolentino, el Premio del Bureau Internacional de Museos; Rosario Marrero, el Primer Premio Oleo; Reyes Ocre, el Primer Premio Acrílico, Radhamés Mejía, el Primer Premio Técnica Mixta; Nelson Ricart Guerrero obtuvo el Segundo Premio Técnica Mixta, y el trabajo de Chichí Reyes fue galardonado con el Premio Especial del jurado.

La ministra consejera de la Embajada, Acsamary Guzmán, recibió los premios en representación de los artistas dominicanos ganadores.

Había una gran diversificación estilística, con alianza, contigüidad, superposición aun, de un barroquismo desbocado y de un espacio ordenado –construcción y organicidad, a veces fusionadas, siendo tradición nuestra–.

Alternaban aquí, según los autores, la rusticidad voluntaria y una sofisticación elaborada, la figuración y la abtracción, la acrílica y las técnicas mixtas en pequeños y medianos formatos, dentro de la amplitud de expresión y los variados niveles profesionales, que caracterizan nuestra plástica.

Los máximos ganadores dominicanos participarán como invitados al Festival de la Ferté-Bernard 2013… que acogerá a otra nación.   

Anhelamos que, como se sugirió, la exposición –o parte de ella– pueda viajar a Santo Domingo.

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Vicente González

Dijo el presidente del Jurado, Vicente González, secretario general del Bureau Internacional de Museos: “Este cuarto festival nos ofrece un viaje al sol fuera de los caminos trillados, al descubrimiento de la isla de mil tesoros, a través de la pintura dominicana y de sus artistas contemporáneos, (…) ¡gracias a la estrecha cooperación entre los organizadores, el Bureau Internacional de Exposiciones, y el invitado de honor 2012,  República Dominicana!”