“Arte” un cuadro para el humor y la reflexión

“Arte” un cuadro para el humor y la reflexión

Con la producción de DW Comunicación, se presenta en la Sala Ravelo la obra teatral “Arte”, título sugestivo que nos lleva a su definición, por cuanto “arte” es toda creación artística creada por el hombre para expresar su visión sensible del mundo, real o imaginario, y en el caso que nos ocupa, a través de la plástica, la pintura.

Bajo esta premisa, la autora nacida en Paris, Yasmina Reza, escribe su obra teatral “Arte”, cuyo “leit motiv” es un cuadro una “obra de arte pictórica”, especie de metáfora continua que se impone durante todo el desarrollo de la representación.
“Arte” es una divertida comedia contemporánea bien estructurada, una crítica mordaz a la falsedad, a la pedantería y la hipocresía de una sociedad donde el parecer ser es más importante que el ser, y una “obra de arte” es más valora por su precio, que por su verdadero valor estético; la autora utiliza con verdadero acierto: el humor, mecanismo que nos remite indefectiblemente a Moliere.
Intervienen tres personajes estereotipos, amigos desde la adolescencia, pero que la vida ha colocado en estratos sociales diferentes; el “cuadro” elemento sustancial, una especie de cuarto personaje, se convierte en causa y motivo del encuentro y desencuentro de los amigos.
Todo inicia cuando Sergio, un médico muy reputado, coleccionista y amante del arte contemporáneo, adquiere un cuadro por el que ha pagado una gran suma de dinero, e invita a sus amigos a conocer y admirar su nueva adquisición. La llegada de Manuel, ingeniero de profesión, apegado a los cánones clásicos, pragmático y sin miramientos para decir lo que piensa, califica la obra como una verdadera porquería –para no utilizar la palabra precisa empleada una y otra vez- y es que el cuadro es solo un lienzo blanco, con algunas líneas “blancas” apenas perceptibles, pero Sergio se empeña en ver algo más, y critica a Manuel y a todos aquellos que rechazan todo lo que signifique la modernidad en el arte.
La discusión por las preferencias estéticas, lleva a Sergio explicar a Manuel que todo cambia, que es la naturaleza del hombre, y por ende cambia no solo la forma de contemplar el arte sino también la de relacionarse, pero al llegar a este punto, Manuel reacciona colérico, está cansado de que Sergio se crea superior, con ínfulas de profesor, y entonces va asomando el motivo subyacente, el rencor exacerbado, que el tiempo no ha podido borrar, ocasionando el deterioro de la amistad que los ha unido por años. La llegada de Iván, el tercer personaje, -frágil sólo en apariencia- pareciera distender el enfrentamiento de los amigos, es el conciliador, moralista, objeto de bromas, tiene su propia opinión, pero prefiere mantener la amistad por encima de todo.
El extenso texto de Yasmina Reza, tiene la particularidad de mostrar a los personajes con sus miserias, pero expuestos con tal ingenio que mueven a la risa contagiosa o la sonrisa, y por momentos evocamos algún conocido y quizás a nosotros mismos.
La dirección de Elvira Taveras mantiene a buen ritmo la representación, en la que se suceden los diálogos cargados de humor, sin perder su verdadera esencia, los soliloquios, y los momentos en los que intervienen los tres personajes, donde la hilaridad llega a su punto máximo.
Pero nada tendría sentido, por bueno que sea un texto sin la participación del elemento vital del teatro: el actor, y es aquí otro gran acierto de la directora, al escoger a tres excelentes actores. Richard Douglas, interpreta a “Sergio”, con afectado y encantador “snobismo”, cuya resultante es magnífica.
En contraposición, Henssy Pichardo, es “Manuel”, ácido y crítico se decanta en una actuación llena de energía, trepidante, sin que por ello pierda el sentido de la comicidad.
Francis Cruz nos emociona con la calidad interpretativa de su aparente ligero personaje, “Iván”, al que impregna de ternura produciendo los momentos más divertidos.
La luz da paso a la penumbra, propicia el ambiente del aparente final feliz; Iván nos deleite nueva vez con su breve monólogo, en la que el gesto emula la palabra.
Los “amigos” se unen supuestamente reconciliados, eligen la amistad, pero la realidad real es el miedo a la soledad, reflexión final.
“Arte” se ha convertido en un “clásico contemporáneo” que invitamos a ver, a todos los amantes del buen teatro.

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