El arte y el virtuosismo son los elementos principales que caracterizaron la primera presentación en el país del Ballet Clásico de Moscú sobre Hielo.
Los integrantes de la compañía -fundada hace 25 años por los patinadores rusos Natalia Bestemianova y Andrei Bukin- impresionaron a los asistentes con una impecable presentación la noche del jueves en el Palacio de Bellas Artes.
Durante una hora y media, grandes y chicos aplaudieron entusiasmados cada salto y giro, que de manera individual, en pareja o grupal ejecutaron estos profesionales del patinaje artístico. Los más sorprendidos no dudaron en soltar un ¡Bravo!
La función inició a las 8:30 de la noche con el ballet El lago de los cisnes, de Piotr Illich Tchaikovsky, teniendo de fondo un inmenso telón dominado por un castillo en un terreno montañoso bordeado por un lago.
Más de 15 personas en escena con unos trajes vistosos, llamativos, mezclaron la danza con el patinaje en este hermoso ballet. A medida que la música se intensificaba, estos profesionales mostraban su dramatismo, o simplemente hacían aflorar el romance.
La segunda parte estuvo reservada para La Cenicienta, de Serguei Prokofiev. Para esta pieza, se utilizó de fondo un lienzo con una casa de la clase alta. En este ballet hubo personajes divertidos que hicieron reír con sus travesuras, y de ellos, uno de los que más llamó la atención fue el hada madrina. ¿Por qué? Por sus patines de varias pulgadas de alto y su traje vaporoso.
El Ballet Clásico de Moscú sobre Hielo es una excelente opción para la familia.
Lo cirticable
La pista
De la presentación de este espectáculo, lo más criticable es el tamaño de pista de patinaje que se utilizó, muy pequeña. Indudablemente, eso no ayudó a que estos profesionales del patinaje artístico pudieran exhibir en un 100% su capacidad y pudieran desplazarse a sus anchas, e incluso provocó que a veces algunos miembros de la compañía se tambalearan un poco o frenaran de golpe. A pesar de todo, el Ballet Clásico de Moscú sobre Hielo brindó una presentación magnífica.