La artesanía dominicana necesita continuar los programas de apoyo que integren el trabajo con varias entidades de Gobierno donde se mejore la competitividad de los productos; la formalización de las empresas, acompañamiento en la comercialización y acceso al financiamiento.
Se trata de un sector que puede crear más empleos en zonas rurales y deprimidas con productos con alto valor exportable y que complementan la oferta turística.

Así lo afirmó el director ejecutivo de Fomento y Desarrollo de la Artesanía (Fodearte), Miguel Pimentel Schouwé, al resaltar que el apoyo a los proyectos de artesanía requiere que diferentes actores trabajen de forma colectiva y constante.

“La formalización de estos artesanos, el tema de pago de impuesto y el financiamiento es una parte difícil y que se necesita que las demás instituciones se comprometan con eso”, expuso.
Dijo que para lograr el apoyo adecuado y focalizado al sector se debe aglutinar en una solo institución todos los recursos y proyectos que de manera dispersa realiza el Estado en varias entidades del Gobierno y que exista solo una entidad con los recursos suficientes para apuntalar al sector.

Expresó que Fodearte es una institución que forma parte del Ministerio de Industria y Comercio y Mipymes (MICM), pero con recursos propios muy limitados. A pesar de esto, desde el 2015 ha llevado a cabo las Unidades Productivas Artesanales (UPA), donde ha desarrollado en total 17 proyectos que han impactado a más de 800 personas directas.

Explicó que en la UPA se busca crear un producto con valor comercial tomando en cuenta los temas sociológicos, culturales y folclóricos de comunidades dominicanas. Y donde se hace consulta con actores de la comunidad, un proceso de socialización y presentación y propuestas de productos.

Dijo que al final en los proyectos del UPA terminan creando productos con la identidad de la comunidad, donde sacan provecho a materiales naturales que tienen en el entorno, que antes eran considerados como basura, por ejemplo, la madera o semillas.

A modo de ejemplo citó los proyecto “Chivirica”, de Hato del Medio, en Montecristi, sobre el Chivo Liniero, y Pejeca, de Cabrera, María Trinidad Sánchez, sobre elementos del mar.