La artesanía local crece a buen ritmo, gracias a la incorporación de nuevas formas, técnicas y materiales que la han permitido hacer una oferta con más variedad y calidad.

Materiales de la naturaleza o reciclados se convierten en preciosas piezas artesanales que exhiben todo el talento y la cultura de los dominicanos.

Dentro de los productos que fabrican los artesanos dominicanos está el florero y la bandeja de buganvillas, pintados con intensos colores tropicales que aportan belleza caribeña a cada espacio del hogar.

Higueros, hamacas, cofres, pipas, portavasos, jarrones, caretas, cuadros, bateas y cestos forman parte de la artesanía local que data de la época precolombina, la cual es apreciada por los coleccionistas que aman la belleza y la cultura.

Otras de las artes apreciadas por los curadores y decoradores son las pinturas y esculturas locales, que empezaron su desarrollo con la inmigración de artistas e intelectuales españoles que escaparon de la guerra civil y se establecieron en el país.

A través de esas influencias nacieron varias escuelas de artes y desde entonces el país ha dado frutos magníficos en pintores y escultores reconocidos tanto nacional como internacional, según informó Nelson Flores, artesano y presidente del Mundo de las Artes.

“Es por eso que los artistas dominicanos nos reunimos y fundamos el Mundo de las Artes, una tienda de regalos donde turistas y dominicanos encuentran todos los tipos de artesanías que sirven para decorar el hogar”.

También, las llamadas muñecas Limé forman parte de la artesanía local; se caracterizan por su rostro anónimo, vestido largo, por llevar tinajas, fruteros y flores en manos, y por tener su cabeza cubierta con un pañuelo de madrás o un elegante sombrero de alón.

Las piezas de artesanía Limé, por su calidad artística y técnica, han tenido una fuerte demanda tanto nacional como internacional, convirtiéndose en un verdadero símbolo de la decoración caribeña.