Entre los destacados escritores universales que han incluido en su producción literaria el tema deportivo y que además se han dedicado con fervor a la práctica de tan importante manifestación humana, se destaca el nombre del británico Althur Conan Doyle, considerado el padre de la novela policíaca y creador del mítico personaje Sherlock Holmes, arquetipo del agudo y genial investigador detectivesco para resolver los casos criminales más difíciles.
Conan Doyle, es el autor de una famosa serie de cuatro novelas y 56 relatos cortos sobre Sherlock Holmes, de gran difusión durante el siglo XX, también llevados en serie a la radio, el teatro, la televisión y el cine. En esta entrega nos referiremos principalmente a su relato “El Tres Cuartos Desaparecido”, uno de los mejores del narrador -de una extensión de veinte páginas- en la que se desarrolla una trama sobre la investigación de la supuesta desaparición de un estelar deportista, por cuyo caso se requirió los servicios del detective Holmes.
Si bien el escritor (1859-1930) logró un amplio reconocimiento en el mundo de la literatura, pocos conocen que su devoción y entrega a la práctica de varios deportes desde sus años mozos. Fue portero en el equipo amateur Portsmouth Association Football Club, hasta convertirse en el actual Portsmouth Football Club. También practicó otros deportes como el golf, el boxeo y el criket.
El relato “El Tres Cuartos Desaparecido”, fue publicado originalmente en el Reino Unido en el 1904 en la revista The Strand Magazine y luego recogido en la colección El regreso de Sherlock Holmes. Su argumento se desenvuelve en el marco de la tradicional rivalidad entre las dos prestigiosas universidades inglesas: Cambridge y Oxford lo cual trasciende el campo académico y se extiende al campo deportivo. La desaparición del principal jugador del equipo de rugby de Cambridge, muy próximo al choque con Oxford, se convierte en un grave problema que se entiende que solo la sagacidad y razonamiento deductivo de Holmes podría resolver.
El relato se inicia con la siguiente descripción: “En Baker Street estábamos bastante acostumbrados a recibir telegramas extraños, pero recuerdo uno en particular que nos llegó una sombría mañana de febrero hace ocho años y que tuvo bastante desconcertado a Sherlock Holmes durante un buen cuarto de hora. Venía dirigido a él y decía: “Por favor, espéreme. Terrible desgracia. Desaparecido tres cuartos a la derecha. Indispensable mañana. OVERTON.”
A tan expresivo mensaje le sigue la visita de Cyril Overton, firmante del telegrama y capitán del equipo de rugby de Cambridge. Visita a Sherlock Holmes, siguiendo las recomendaciones del inspector Hopkins, para denunciar la desaparición de su amigo y compañero, Godfrey Stauton. Todo parecía que se trataba de una maniobra de algún malvado para que Cambridge perdiera un importante partido que debía jugar al día siguiente, como realmente ocurrió ante la falta de su jugador estelar.
Por momento Holmes y el amigo de Stauton llegaron a creer que el conocido médico doctor Armstrong había cometido un crimen contra el jugador, y horas después se supo que el jugador en verdad se había desaparecido para ir a ver a su joven esposa que había contraído una grave tuberculosis y que cuando llegó a donde estaba postrada al cuidado de Armstrong, ya había fallecido, gracias a la pericia e investigación de Holmes quien se disculpó con el doctor Armstrong que había hecho todo lo posible por salvar la vida de la compañera de Stauton. Incluso por casarse había perdido -por amor- la oportunidad de heredar una gran fortuna por ser el único descendiente de un tío muy avaro que nunca quiso ayudarlo económicamente.