Reconocer las  debilidades y carencias de nuestra  sociedad, es el primer paso para realizar  transformaciones, sin embargo, no basta sólo con este reconocimiento, quizás sea  un buen momento para evaluar con cariño la realidad social de los demás países de la región, cómo anda nuestra sintonía con estos y en qué medida, el hecho de crecer colectivamente puede ayudarnos a ser países mejores. Recordemos que el todo es más que las partes.

  De manera particular, en nuestro país tendríamos que tener claro que no son    nuevas leyes las que fortalecerán nuestra democracia, tenemos leyes, que la gente ni siquiera está enterada de su existencia. Podríamos  mejor apostar a una conciencia social,  teniendo como aliados a la Cultura y la Educación como labor  de todos y todas.  

A propósito del Seminario sobre Articulación Latinoamericana: Cultura y Política, realizado en el “Festival Internacional de Teatro de Brasilia,   es   oportuno compartir algunas reflexiones  sobre el tema.

Es bueno recordar que los problemas más graves del planeta están siendo  tratados en las agendas comunes en todo el mundo, a través de los diferentes organismos internacionales y con la participación de la Sociedad Civil. Con relación a estos  asuntos de interés común  existen  trabajos colectivos de esta década, como en materia de Derechos Humanos. Países en bloques, atendiendo a su región se unen con el propósito de lograr un real reconocimiento y valorización positiva del ser humano, sin importar su raza, religión, género, nivel socio económico, etc. tema tratado en la Conferencia Mundial contra el Racismo,  Discriminación Racial, Xenofobia e Intolerancias colaterales, organizada por las Naciones Unidas y realizada en Durban en 2001 y que será revisada en la Conferencia Durban 2009. En los trabajos de esta conferencia están representados tanto los Estados como La sociedad Civil de los diferentes países. 

El  problema ambiental es un punto básico de agenda común Podemos citar el Informe Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, GEO-4, “que es el informe más completo de la ONU sobre Medio Ambiente-2007 y que ha sido preparado por unos 390  expertos.” Es necesario un progreso en conjunto en los procesos de integración regional, para avanzar  en la lucha por esos valores fundamentales que compartimos como son: la democracia, el respeto por los derechos humanos, la solidaridad, la lucha contra la pobreza, la desigualdad, la exclusión social y la preservación del medio ambiente. Es con  el pueblo que se deben estructurar las medidas  para la eficacia de esta lucha, y sólo a través de políticas culturales para todos se puede concientizar al pueblo. A final de cuentas el éxito de estas medidas depende de la actitud  de las mayorías.

“Decir que la cultura y las artes deben delegarse a los artistas es una mentira ya que son  acciones comunitarias. La Política, por su parte, es algo muy importante para dejarse en manos de unos cuantos representantes. La democracia es un proceso cultural, una búsqueda” (Eduardo Balán, Argentina-2008). América Latina, con  una estrategia común, puede crear, difundir y ejecutar una Política Cultural para todos,  con  un único compromiso. Debemos crear nexos  fuertes lo suficiente que nos conecten. La Cultura y la Política  deben trabajar para reafirmar estas cuestiones.

La Articulación es una buena medida  si la meta es crecer. En este sentido, las actividades artísticas son  una herramienta importante pues representan un rescate de la dignidad y respeto a la identidad, promueven la buena práctica de participación generando una ciudadanía plena.

Si evaluamos las políticas culturales de nuestros países, podemos utilizar las experiencias individuales para el crecimiento colectivo y garantizar una sociedad mejor  para  todos y todas.