Articulación temporo mandibular

Articulación temporo mandibular

La mandíbula es la parte inferior de la cavidad oral; se une al resto de la cabeza por medio de la articulación temporo-mandibular (ATM). Se puede describir esta unión como una bisagra  donde interactúan huesos, ligamentos y cóndilos. Son dos las ATM: derecha e izquierda.
Gracias a la flexibilidad de la ATM, funciones tan comunes e importantes del diario vivir son posibles: bostezar, abrir y cerrar la boca, hablar, masticar, tragar, desplazar la mandíbula lateralmente, entre otras.
La articulación está ubicada detrás de las orejas; se pueden colocar los dedos en esa área, realizar movimientos mandibulares y percibir los movimientos.
Varios  -y de diferentes intensidades de dolor- son los trastornos que afectan la articulación temporo-mandibular. Generalmente el paciente acude a la consulta  cuando la situación es crítica, con un dolor irradiado que  le afecta la cara, cuello y la mandíbula o probablemente no puede cerrar la boca.
Entre los síntomas y signos más comunes que se deben tener en cuenta están:
-Dificultad o molestia para abrir y cerrar la boca.
-Ruidos anormales (chasquidos) ante cualquier movimiento mandibular.
-Dolor de cabeza y cuello.
-Rigidez muscular.
-Apiñamiento dental.
Estos síntomas pueden aparecer de forma individual  o combinados y el paciente sentirlos esporádicamente o de forma permanente.
Diagnosticar las afecciones de la ATM no es sencillo. Los síntomas no son específicos de una enfermedad, por lo que se necesita involucrar a profesionales capacitados y con amplio conocimiento en materia de oclusión. La mayoría de estos trastornos no son permanentes; van y vienen y suelen ser detonados por factores externos como la ansiedad, el estrés, modificación de la oclusión, ingesta de alimentos duros, malos hábitos, entre otros.
Debido a esto, lo ideal son los tratamientos conservadores, menos agresivos, que aunque no son definitivos, mejoran considerablemente los síntomas, permitiéndole al paciente retomar una vida normal, sin molestias. Medicamentos como relajantes musculares, aplicación de paños tibios, evitar movimientos mandibulares bruscos, alimentación suave, disminuir la ansiedad, ejercicios, yoga, guarda oclusales… son los tratamientos conservadores  más comunes. La cirugía ya entraría dentro de los tratamientos agresivos y generalmente es realizada por el cirujano maxilofacial.
Ambos tratamientos, conservadores y agresivos, deben ser realizados y supervisados por un profesional de la salud acreditado para trabajar en esta área. La ATM es quizás una de las articulaciones  más complejas del cuerpo humano. En ocasiones es importante que intervenga un equipo multidisciplinario.

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