Artículo huésped: Homenaje a Carmen Quidiello de Bosch

Artículo huésped: Homenaje a Carmen Quidiello de Bosch

Doña Carmen Quidiello recibió una variada y calificada educación

El pasado 29 de abril, se cumplieron 106 años del nacimiento de Carmen Quidiello, cuya partida se produjo el 19 de diciembre (2020). Acogemos este artículo, “En Homenaje a Doña Carmen”, del escritor Rafael Julián:

“…Atención y reflexión suscitó en mí desde siempre la personalidad de Doña Carmen Quidiello. Muy temprano llegué a preguntarme de qué madera debía estar hecha la compañera de un personaje histórico tan complejo y de tan larga y arriesgada actuación pública como Juan Bosch.

A la observación de los hechos políticos en que ella participó junto a su marido, agregué el estudio de su obra literaria, especialmente sus ensayos y artículos.

Si califico de “ensayos y artículos” una parte de sus escritos es por mera comodidad, pues en realidad puede decirse que Doña Carmen inventó un “género”, en cuya composición las líneas distintivas conocidas coexisten con otras inéditas dando lugar a una forma literaria, más que híbrida, original.

Se trata de piezas, de extensión variable, en que la autora aborda temas y problemas diversos, siempre con un lenguaje propio y formas expositivas innovadoras, las cuales movilizan una argumentación potente pero no cargante, puesto que viene a la luz libre de citas de autores y del aparato de notas y remisiones bibliográficas al uso en los medios académicos. Su obra se sostiene sobre un trabajo intenso a lo interno de los problemas abordados, acompañado de una amabilidad de trato y una cuidada pulcritud discursiva.

Como ella misma proclamó, su labor de pensamiento buscaba sumar para la convivencia, en un esfuerzo civilizatorio tan necesario en el rudo ambiente social y cultural dominicano. Dicho esto, resulta inevitable pensar en la influencia que esta mujer tendría en la vida, en la cosmovisión e incluso en ciertas decisiones fundamentales de Juan Bosch. O más bien, debemos imaginar el necesario cruce fertilizador que terminaría enlazando a ambos talentos.

Así, doña Carmen vendría a apuntalar una línea de fuerza ya presente en Juan Bosch desde su juventud: la de no pensar lo social sin lo individual, ni lo sociológico sin lo psicológico. Más allá, esa complementariedad pasaría por el puente –o la determinación recíproca- de la diferencia de sexo y de género. Doña Carmen subrayaba que la mujer, en tanto ente social y factor de cambio a la vez, era portadora potencial de características peculiares:

susceptible de incorporar en sí misma educación, disciplina, técnicas, entrenamientos de variadas índoles, se hacía cada vez más consciente de que es a través de sí misma como puede optar por lograr un destino, para lo que cuenta con una percepción finísima de las prioridades, una especial capacidad de síntesis instantánea, una perspectiva desde la cual ella misma se observa y una estabilidad emocional permanente como matriz y base de proyección de los cambios que produce a su alrededor y en el mundo.

A partir de su niñez y hasta llegar a la edad adulta, doña Carmen recibió una variada y calificada educación, tanto en España como en su natal Cuba, lo mismo que en Jamaica y los Estados Unidos, la cual incluyó una licenciatura en Ciencias Sociales y en Filosofía y Letras (Universidad de La Habana); un diploma de post-grado en Derecho Diplomático; inglés y secretariado en esa lengua (Bussines Administration School, de Kingston). Trabajó en la radio cubana, fue asistente del Servicio Cultural de la Fundación Rockefeller, en Nueva York, y profesora de inglés en Cuba y Venezuela.

Su obra publicada abarca teatro, poesía, ensayística, y periodismo cultural. Fue gestora y promotora de innumerables iniciativas y actividades artísticas y literarias, alentando y apoyando en forma incesante el desarrollo cultural de nuestro país.

Finalmente, para referirnos al aspecto insustituible e inintercambiable de este itinerario vital virtuoso, nada mejor que transcribir lo que se dice en una nota biográfica de Doña Carmen incluida en una de sus libros:
‘En todo momento estuvo permanentemente al lado de Don Juan, compartiendo sus faenas y vicisitudes, durante su fecunda y hermosa obra política, intelectual y humana, aportándole hasta el último momento de su vida, su solidaridad, su entrega y, en especial, su lealtad y amor
Imperecederos’.

Hoy, los dominicanos y dominicanas despedimos a Doña Carmen, en quien tuvimos una aliada discreta, inteligente, capaz, útil y efectiva, protagonista que fue de una especie de reedición, en versión propia, íntima y contemporánea, del proyecto estratégico que unió otrora a José Martí y Máximo Gómez.

Pronto me di cuenta de que tenía ante mí una persona singular, por su carácter, su competencia intelectual, su amplitud de juicio y su capacidad de penetración psicológica en la vida de individuos y grupos.
¡Que su nombre perdure en la memoria de nuestro pueblo agradecido!”.

Más leídas