Hoy 
Como por vigésima vez, desempolvé el VHS del concierto El gusto es nuestro, que hicieron Ana Belén, Miguel Ríos, Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat. Ese día me dediqué a observar la actuación de Serrat, que parecía un principiante decidido a llamar la atención. Bailó y cantó como un adolescente, algo inusual en sus presentaciones regulares.
Aquel video fue el primer eslabón que me hizo armar la convicción que señala a este cantautor como una persona que se respeta como profesional, y sobretodo que respeta a sus colegas.
En una entrevista que le hicieran, el periodista quiso empezar diciendo: Serrat nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre.. El trovador catalán se echó a reír rechazando aquella idolatría.
Sin caer en sacrilegio, creo que ese entrevistador se quedó corto. Y es que el legado de este hombre no tiene límites. De su grandeza humana, ni hablar. Esta se puede traducir en la disponibilidad que ha tenido para colaborar con otros artistas.
Esto lo confirmé cuando reuní algunos discos en los cuales él había sido invitado. Invitado por cantantes que llevan su misma líneas, y por otros que nunca me iba imaginar que grabaría, por asunto de estilos. Esta última parte acentúa una versatilidad, escondida detrás de su coherencia musical.
En el 1985 grabó Yo pisaré las calles con Pablo Milanés. Esta canción se incluyó en el conocido álbum Querido Pablo, y es común denominador del pensamiento de ambos personajes.
Grabó con Amaya(la ex-Mocedades, hoy Consorcio), en un disco de 1986 donde entonaron una versión en castellano de Paraules damor. En el disco Sinceramente teu, también de 1986, sus amigos brasileños le rindieron un tributo, donde Serrat hace duetos con María Bethania, Raimundo Fagner, Gal Costa, Caetano Veloso y Toquino. Con Toquino hizo otro dueto en 1992, interpretando En Tournée.
Ese mismo año grabó con el conocido bolerista Moncho; y en 1994 se encontró cantando La paloma y Mediterráneo junto a Ana Belén, en el archifamoso concierto Mucho más que dos de Víctor y Ana, que luego se convirtió en disco.
Con Juan Pardo grabó, en 1997, la canción Anduriña, un éxito del dúo Juan y Júnior. Al año siguiente unió su voz a la de Daniela Romo, en un tema de Armando Manzanero titulado Me vuelves loca. En el 2000 estuvo presente en el merecido homenaje que se le hizo a Luis Eduardo Aute, en la producción Mira que eres canalla, cantando De alguna manera.
Posteriormente encontré en la Internet una larga lista de colaboraciones de Serrat. En esta hay un material que no conocía, y que me gustaría tener. Se trata de un disco de duetos de Alberto Cortés con sus amigos, titulado Cómplices. En este, Cortés y Serrat canta Las Nanas de las cebollas de Miguel Hernández. A diferencia de otras versiones, en esta se canta el poema completo.
Fue una experiencia única haber recopilado todos estas grabaciones, que dan muestra de la dimensión de Serrat, su humildad y don de buena gente, virtud que no lo baja del lugar que ha escalado con talento y trabajo. Muchos dirían, en lenguaje más llano, que Serrat no tiene aceite.
No tengo ninguna aspiración de beatitud y estoy encantado de vivir con mis pequeños vicios y mis pequeñas virtudes.(Joan M. Serrat/ en entrevista realizada del 16 al 22 de nov. de 1998, Madrid, España)
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