El escritor y crítico de cine Arturo Rodríguez Fernández destacó los avances logrados por los actores dominicanos, los que, a su juicio, saben distinguir lo que es una actuación teatral y una cinematográfica.

Planteó  que cuando un autor pasa de una obra de cuento al teatro y de teatro al cine tiene que cambiar  aspectos, aunque el fondo permanezca igual.

 Sostuvo que en la literatura hay muchas cosas que han cambiado de forma, pero las adaptaciones,  han resultado mejor.

Dijo que lo que hay que hacer “es conservar el espíritu de la obra”.

Rodríguez Fernández habló sobre su experiencia como escritor, novelista, dramaturgo y critico de cine, en el marco de una charla-conversatorio titulada “De cuento, teatro y cine”, que se llevó a cabo anoche en la Fundación Corripio.

Sobre la calidad de las adaptaciones de un género a otro, dijo que hay veces que pierden y otras  ganan. Citó el caso del Padrino, que como película es mejor que la versión de novela. 

Precisó que hay grandes obras en la literatura que al pasar  a la pantalla pierden mucho. Para garantizar la calidad de  una adaptación no tiene que estar apegada al original, ya que lo que tiene que haber es talento en la persona que realiza el proceso, declaró.   Además, el director tiene que darle un toque personal, porque desde el momento que la obra pasa a otro medio ya  pertenece a éste, “ya deja de ser la obra del novelista o del cuentista, para convertirse en la obra del director”.

Refirió que el teatro, como representación teatral ha echado para delante, pero  los autores tradicionales  están  rezagados, en lo que él se incluye.  A la actividad asistieron personas del mundo de la literatura. 

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El cine
En cuanto al cine dominicano, Arturo Rodríguez Fernández señaló que el talón de Aquiles que tenemos en la República Dominicana es el guión, que “es lo primero que hay que trabajar porque de ahí es que surge lo que viene a continuación”. Manifestó que en el país se ha progresado mucho en los últimos años; y dijo que hay películas que tienen mucha gracia y  un estilo personal, pero se necesita un guión sólido.