YAMIRA TAVERAS.
Santiago. El jazz es sublime cuando es alcanzado por las manos de Arturo Sandoval, quien la noche del miércoles tocó el alma de los santiagueros durante una sola función en la Sala Restauración del Gran Teatro del Cibao. Acompañado de la Santo Domingo Jazz Big Band, dirigida por los maestros Crispín Fernández y Pengbian Sang, brindó al público un íntimo concierto donde pudimos disfrutar en cada movimiento de su entrega musical y de su amor por el jazz del cual en reiteradas ocasiones dijo durante el show que después de más de 60 años y todavía vibro por él. Prácticamente en dos horas quedó resumida su amplia trayectoria, ante ante un público escaso, pero ardiente y deseoso de seguir escuchando aquellas interpretaciones que tocaban el alma, y en la que dio pie a interactuar con los asistentes, demostrando que es un caballero envidiable.
Sandoval salió a escena con su trompeta a cuestas, desbordando mucha alegría por estar en esta ciudad; y tras un hola, buenas noches, se adueñó del escenario al iniciar su concierto realzando la música de Máximo Pérez Prado.
En esta noche les traigo todo el mambo que quieran, soy de ustedes, dijo, mientras la respuesta fue un prolongado aplauso.
Sus movimientos inquietantes y el coger y dejar su amiga la trompeta, son elementos claves de la presentación de Sandoval, porque permite no aislar la mirada para no perder el hilo a la grandiosidad de verlo dominado por el jazz.
Entre Mambo Jazz, Funky Cha-Cha, Sandunga Cuban , The Latin Trane, y otras, Sandoval tocó básicamente los Mambos 5 8, 3 de Pérez Prado.
El jazzista tuvo una gran aceptación por parte del público.