AP. El Arzobispado de Santiago manifestó el miércoles su esperanza en que se aplique justicia en el proceso contra el sacerdote Wojcieh Waldemar Gil, arrestado en Polonia por denuncias de abuso sexual contra niños de ese país y de República Dominicana.

“Esperamos, como también hemos dicho, que todo este proceso investigativo y judicial ayude, de alguna manera, a reparar los posibles daños causados” a las víctimas, indicó el arzobispado de Santiago en un comunicado enviado por la Conferencia del Episcopado.

Gil, un sacerdote polaco de 36 años, fue arrestado el lunes en Polonia y el miércoles un juez de Varsovia le impuso tres meses de prisión preventiva en espera de que la fiscalía concluya su investigación.

La fiscalía de Varsovia presentó contra Gil cargos de abuso sexual contra cuatro menores de edad, dos de ellos del pueblo dominicano de Juncalito, donde el sacerdote fungió como párraco durante ocho años.

Durante su estancia en Juncalito, el sacerdote encabezaba programas de socorrismo con varias decenas de monaguillos y a algunos de ellos los llevó de viaje a Polonia.

El procurador general dominicano Francisco Domínguez Brito había enviado a Polonia las denuncias de abuso sexual que afectaban a varios monaguillos y entregó el expediente en octubre pasado al embajador polaco en Colombia y concurrente para el país caribeño, Maciej Zietara.

Entre las pruebas contra Gil se encuentran unas 87.000 fotografías y videos con pornografía infantil halladas en memorias digitales confiscadas en la casa curial que habitaba el sacerdote.

Luisa Liranzo, fiscal de Santiago y encargada de la investigación, explicó el miércoles a periodistas que su equipo aún trabaja en algunos trámites solicitados por la fiscalía polaca.

Las denuncias contra Gil fueron presentadas por los padres de los menores en mayo pasado, cuando el sacerdote se encontraba de vacaciones en Polonia, por lo que nunca regresó a República Dominicana y sólo llamó a un medio de comunicación local para insistir en su inocencia.