Arzobispo niega firmara carta de exhumación

Arzobispo niega firmara carta de exhumación

El arzobispo de Santiago negó haber firmado una carta autorizando la exhumación de los restos del ex presidente Horacio Vásquez y de su esposa Trina De Moya. Tampoco dio permiso para la construcción de una cripta en la iglesia de Tamboril, donde reposan los despojos mortales, ni escribió a la Santa Sede solicitando luz verde para el desenterrramiento, como afirmaron Edith, Horacio Antonio y Fortunato Horacio Reynoso González y Fernando de León Polanco en reciente entrevista publicada en HOY.

Monseñor Ramón Benito de la Rosa Carpio dijo que nunca ha sido visitado por ellos, a quienes desconoce.

Visiblemente molesto por la falacia, el mitrado dijo que estos supuestos descendientes de la histórica pareja hicieron “afirmaciones falsas”. “Nunca les di una carta, nunca hubo una petición o respuesta de la Santa Sede, ni para esos casos uno se dirige a la Santa Sede, ni tienen autorización mía para hacer una cripta. Todas esas afirmaciones son absolutamente falsas, yo me sentí manipulado”, aseveró el purpurado, “porque usaron informaciones falsas, y cuando se usa una falsedad para lo que se está investigando, te sientes de alguna manera manipulado, están utilizando tu nombre. ¿Por qué usan esos datos falsos y los publican a los cuatro vientos?”, se preguntó monseñor.

Declaró que estos no debieron meter al Arzobispo ni a la Iglesia “en nada de eso, que es asunto de ellos”, y explicó que, según la documentación que presentaron, tenían una autorización de la Procuraduría General de la República y del Ayuntamiento para tomar una muestra y hacer las pruebas de ADN, pero “jamás para exhumar los restos”. Basado en esas supuestas autorizaciones “legales”, añadió, “el párroco les permitió extraer una muestra”.

“Sería muy bueno que la Procuraduría y el Ayuntamiento ratificaran estas autorizaciones que alegadamente dieron y en los que se basó el párroco para permitir tomar la muestra”, opinó el arzobispo.

Fue reiterativo al aclarar que no ha firmado nada para esta gente, “absolutamente nada. Nunca los he visto en mi vida. Ellos se acercaron al párroco y toda su relación ha sido con el párroco de Tamboril”.

De la Rosa y Carpio admitió, sin embargo, haber estado informado por el reverendo Felipe Colón, quien apoyado en los presuntos documentos de los Reynoso González, informó que procedería. “Le dije: si hay una autorización de las autoridades, no tenemos ninguna razón para decir que no”.

Se observó a de la Rosa que un empleado de la iglesia de Tamboril comunicó que se contemplaba la construcción de la cripta, pero que se había detenido provisionalmente, y reaccionó: “Si tienen un presupuesto para hacer una cripta en la iglesia, necesitan una autorización, y no la tienen. Y después de esas falsedades que he oído, lo voy a pensar cien veces antes de dar autorización”.

Agregó que le parece magnífico que se honre la memoria de don Horacio y doña Trina “pero ¿cómo se atreven a utilizar el nombre de la Santa Sede? ¡Ni superficialmente! Que me utilicen a mí, ya estoy cansado de que lo hagan, pero no puede ser que estén involucrando falsamente a la Santa Sede”. Lamentó que no se le consultara al respecto antes de cuestionar a la Iglesia por el caso.

[b]Las “autorizaciones”[/b]

Después de consumado el hecho, el doctor Víctor Manuel Céspedes Martínez, Procurador General de la República, negó haber dado la orden. Sin embargo, los presuntos herederos del ex presidente y la ex primera dama presentaron los oficios 1564, del 16 de febrero del 2004 y 13417, del 15 de octubre del 2003, de la Procuraduría General de la República, dirigidos a los síndicos del municipio de Tamboril y de Santiago de los Caballeros, “sin objeción que hacer a que ese despacho adopte la providencia que corresponda, conforme al Reglamento sobre Policía Mortuoria No. 3522 del 13 de febrero de 1958”, en relación con la solicitud de exhumación “del cadáver” del general Horacio Vásquez y de la señora Trina de Moya.

Firma sobre el nombre del Procurador, de orden, “Cadena M”, que muchos suponen es Cadena Moquete (si no falsificaron su firma) un asistente de la extrema confianza del doctor Céspedes Martínez, según informes. Al final de la comunicación aparecen también las iniciales VMCM/FCM.

Edita Eneyda Reynoso González y el reverendo Fortunato Segundo Horacio Reynoso González enviaron dos misivas a Céspedes Martínez, una el 21 de agosto del 2003 y otra el 19 de enero del 2004 solicitando exhumar los cadáveres de su padre, Horacio de Jesús Reynoso, sepultado en el cementerio de El Ingenio, en Santiago, y del general Horacio Vásquez, al que llaman su abuelo, para “tomar de ambos la muestra que permita efectuar el análisis del ADN”, por un lado.

En la de enero, hacen la petición de la exhumación de los restos de los dos hombres, pero “a fines de demostrar su consaguineidad y parentesco” y dicen que la solicitud fue aprobada mediante comunicación del Procurador del 22-10-03. En la misma piden autorización, además, para exhumar los restos de Trina de Moya de Vásquez, poder tomar la muestra para fines de ADN y “poder establecer su vínculo sanguíneo con nuestro padre”.

Aseguran que todos los gastos en que se incurriría serían cubiertos por ellos en su totalidad.

[b]Gracias al Presidente[/b]

Antes de proceder a la exhumación, la señora Edith (o Edita) leyó tres poemas de doña Trina y dijo un discurso en el que declaró que agradecía infinitamente al presidente de la República por la colaboración que le había dado a esa familia para esclarecer lo que ella llamó la verdad. Expresó que el mandatario les había abierto las puertas del Archivo General de la Nación, que tenían documentos firmados por Ramón Font Bernard y que todo se debe a una petición del gobierno español al gobierno dominicano.

Estas informaciones las ofreció a HOY el señor Dimas Arias De Moya, sobrino de doña Trina que estuvo presente en el acto porque una amiga lo llamó para que presenciara lo que estaba ocurriendo.

El sacerdote Felipe Colón, relató Arias de Moya, efectuó la ceremonia propia de estos casos y los Reynoso González llevaron una foto a color de Horacio Vásquez que colocaron al lado de dos coronas que llevaron y que rezaban: “a la memoria de nuestros abuelos. De sus nietos”, una. Y “a la memoria de los progenitores de mi noble y digno esposo, Doña Trina de Vásquez y general Horacio Vásquez. Ana Dolores Gonzáles de Reynoso”, la otra.

Llevaron también un médico legista y al abogado Manuel A. Cruz Madera, quien le dio su tarjeta personal al licenciado Dimas B. Arias de Moya. Los Reynoso González extrajeron dientes y se llevaron un fémur de cada uno de los cuerpos sepultados, aseguró Dimas. “Es decir que esos cadáveres no están completos”, lamentó Arias de Moya, quien vivió en Tamboril en la casa de los Vásquez –De Moya. Ahora reside en Santiago junto a su hermano Horacio, heredero de la cafetera de porcelana con la efigie del ex presidente y los dos enormes retratos de sus antepasados, obra de Abelardo, adornando la sala.

“Considero que todo esto es una burda mentira. Espero que se aclare y que esa desconsideración sea canalizada por la vía que la ley dispone”, declaró. Desmintió que se hiciera amigo de los Reynoso González, ni que les expresara que ya sabe que no es pariente de la ex primera dama, como declaró Edith (o Edita). Don Dimas era hijo de Ana Teresa de Moya de Arias, sobrina de doña Trina, hija de Dimas de Jesús de Moya, hermano de la autora del himno a las madres.

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