El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, afirmó ayer que así como en el 30 de marzo de 1844 nuestros antepasados lucharon para liberar al país de quienes subyugaban, hoy para los dominicanos el reto es luchar contra la opresión que significa la miseria.
Monseñor de la Rosa y Carpio advirtió que la violencia social, verbal o física, la inseguridad en los barrios o en las instituciones, oprime a los dominicanos, creándoles miedo y quitándoles la libertad.
«Es mordernos y devorarnos unos a otros», afirmó de la Rosa y Carpio en la celebración de Acción de Gracias con motivo del aniversario de la Batalla del 30 de Marzo de 19844.
Dijo que los dominicanos deben tratar de ser como los ciudadanos que entregaron sus vidas y sus bienes para romper las cadenas de quienes los subyugaban, evitando oprimir y encadenar a los desvalidos o necesitados.
Exhortó a la población a no convertirse en malvados que aplastan a cualquier ser humano, sin importar si es dominicano o de otra nacionalidad.
Señaló que la lectura bíblica tomada de la Carta de San Pablo a los Gálatas «nos habla de la libertad como vocación venida de Dios; hemos sido llamados a gozar de la libertad. La pérdida de la condición de seres libres entristece. Pero no a cualquier situación se le puede llamar estado de libertad, bajo su nombre se esconden muchas veces deseos, pasiones humanas, deseos de la carne».
Afirmó que en estos momentos en el país hay nuevas formas de esclavitud y opresión, que limitan las libertades de los dominicanos.
De la Rosa y Carpio consideró que un ejemplo de esto es «el yugo de una economía que esclaviza a unos por defecto de bienes y a otros por exceso de ellos. Estamos llamados a hacer planes y a trabajar para libertar a los cautivos de la miseria, continuando así la tarea libertadora que comenzaron nuestros antepasados».
Afirmó que las generaciones futuras agradecerán las acciones que hoy se emprendan en defensa de la libertad.