Asalto a Turquía

Asalto a Turquía

Pedro René Mejía Almonte

Turquía  es un país soberano intercontinental, tiene una virtud que pocos países pueden exhibir, su posición geográfica; se encuentra entre dos continentes: Asia y Europa, se extiende por toda la península de Anatolia y Tracia en la zona de los Balcanes. La separación entre Anatolia y Tracia está formada por el mar de Mármara y los estrechos de Turquía (el Bósforo y los Dardanelos) que sirven para delimitar la frontera entre Asia y Europa, por lo que se considera a Turquía como transcontinental.

Debido a su posición estratégica, ubicándose entre Europa y Asia, así como entre tres mares (Egeo, Negro y Mediterráneo), Turquía ha sido tierra de conquista para oriente y occidente. Su territorio ha sido la casa de grandes civilizaciones, como son: Los Hititas, Cimerios, Asirios, Imperio Persa, Antigua Grecia, Imperio Romano, Imperio Bizantino e Imperio Otomano.

En términos políticos, Turquía es una república democrática, unitaria y constitucional, cuyo sistema político fue establecido en 1923 bajo el liderazgo de Mustafá Kemal Atatürk, el más destacado miembro del movimiento nacional turco, tras la caída del imperio Otomano, con la ocupación de Constantinopla, como consecuencia de la primera guerra mundial y la fragmentación del imperio Otomano. Desde entonces, Turquía se ha relacionado cada vez más con occidente a través de su afiliación a organizaciones, tales, como: el consejo de Europa, la OTAN, la OCDE, la OSCE y el G-20.

Turquía hasta nuestros días mantiene un enfrentamiento violento con los Kurdos, desde la fundación del país (1923), porque Atatürk se negó a reconocer los derechos territoriales que los aliados concedieron a esta minoría en el tratado de Sèvres, derogado después por el tratado de Lausana.

Después que Atatürk funda la República de Turquía en 1923, el país ha escenificado cuatro golpes de estado (1960, 1971, 1980, 1997) teniendo todos un común denominador: altos mandos militares involucrados. A esta lista de golpes de estado debemos incluir el intento de otro hace tan sólo unos días, donde  el actual presidente Recep Tayyip Erdogan responsabilizó a su otrora mentor y aliado Fethullah Gülen.

Gülen, clérigo  que construyó un imperio económico – religioso fundando universidades y medios de comunicación tanto en Turquía como fuera de ésta. Durante décadas fue aliado de Erdogan pero la relación se rompió en 2013, cuando el propio Erdogan siendo primer ministro acusó a Gülen de promover investigaciones por corrupción que afectaron a algunos de sus ministros. Gülen se autoexilió en 1999 donde vive hasta la fecha en Pensilvania (Estados Unidos).

Erdogan, fue alcalde de Estambul entre 1994 y 1998, primer ministro entre 2003 y 2014 y ostenta el cargo de presidente de la república desde 2014. En 2015 comenzó la transformación del sistema parlamentario del país hacia uno presidencialista para aumentar su poder; hay que destacar que Erdogan ha girado del laicismo al islamismo.

El partido de la justicia y el desarrollo (AKP), fundado por Erdogan, se mantiene en el poder ganando elecciones desde el 2003, censura  a la prensa y las redes sociales. La UE y los Estados Unidos lo mantienen como aliado preferente pese a la islamización, la represión a los kurdos y su trato a los refugiados. Una de las razones de esta preferencia es que gracias  a la posición geopolítica estratégica de Turquía, los países aliados tienen bases militares desde donde atacan el terrorismo en Siria (Estado Islámico).

Erdogan, en una imponente demostración de sus dotes de líder, de lo que sería una tragedia, saca algo positivo; sentenció en Estambul: “Este intento de golpe de estado es un regalo de Dios, pues nos servirá para purgar el ejército y el poder judicial”. Pero la realidad es que el pueblo turco lo apoyó en las calles de manera irrestricta y contundente. Si el apoyo popular no se manifiesta, nadie sabría el destino de Erdogan.

Queda evidenciado que el verdadero poder está en la gente, está en el pueblo.

Lástima que los dominicanos todavía no se enteran…

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