Asalto e implicaciones

Asalto e implicaciones

Si los policías que heroicamente capturaron al cabecilla de la banda que asaltó a Parmalat, mayor José Luis Vargas Cuello, no hubieran actuado y los maleantes escapados, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) estuviera bajo el escrutinio y duda de la población.

Esta situación se presentaría justo en el momento en que la DNCD y la Policía Nacional realizan esfuerzos denodados para combatir el tráfico y consumo de drogas que están acabando con nuestra sociedad.

Por ello, las autoridades deben enfocar las investigaciones en torno a las implicaciones e intenciones que pudieran tener los atracadores al uniformarse y actuar como miembros de la DNCD, entidad que había sacado de sus filas al mayor Vargas Cuello.

Otro elemento delicado en este caso es que al jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general Carlos Rafael Altuna Tezano, lo indujeron a mentir en torno a la conducta del oficial acusado de quien afirmó sólo tenía su récord faltas leves de impuntualidad.

Mientras el alto oficial ofrecía a través del programa radial de Huchi Lora esas declaraciones, la población nacional presentaba un expediente del arrestado que incluía su implicación en secuestros, asesinatos y consumo de drogas.

Y quien no sepa  mucho de esto se pregunta si los departamentos de inteligencia de los cuerpos castrenses no se cruzan informaciones sobre sus miembros que han delinquido o es que el encubrimiento llega hasta la eliminación y falseamiento de datos.

No obstante la alta peligrosidad del mayor y en lo que aparenta un indicio de la consideración de que sigue disfrutando, éste aparece en la primera página de este periódico hablando y gesticulando, con las manos libres, mientras sus cómplices figuran esposados.

Se reseña en la información que había mantenido conversaciones vía celular supuestamente con familiares.

Este mayor es tan dichoso que la noche del asalto se apresuró a socorrerlo, con una presteza digna de mejor suerte, el entonces jefe de Inteligencia de la Fuerza Aérea, general Cedano Santana, quien al parecer andaba sintonizado con la frecuencia de la Policía o recibió alguna llamada al momento de andar coincidencialmente por la zona del asalto.

La presencia de alto oficial fue tan rápida que el registro de ingreso del asaltante herido al hospital Darío Contreras estaba en proceso y pese a que se le informó lo que había pasado y el mayor Vargas Cuello estar ya bajo custodia policial, cargó raudo con él en una ambulancia hacia la base aérea de San Isidro.

Estos hechos y coincidencias y la permanencia y ascensos de militares corruptos y delincuentes en las filas de nuestros cuerpos armados, deben ser enfrentados rápida y eficientemente por el comandante en jefe de los cuerpos castrenses, el Presidente de la República.

La tarea no es fácil, pero hay que agarrar el toro por los cuernos y si es necesario crear los mecanismos y comisiones que, desde fuera, hagan las investigaciones serias que no sean contaminadas por coincidencias, compadreo, o un mal aplicado sentido de solidaridad o lealtad a lo interno de las instituciones cuyos miembros deben ser sometidos a una desapasionada y correcta depuración antes de que destruyan nuestra sociedad y aparezcan otros Quirinos.

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