NACIONES UNIDAS.— Venezuela está en la mira de Donald Trump y de al menos 12 naciones latinoamericanas en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Por segunda vez en menos de 24 horas el presidente de Estados Unidos lanzó severas críticas al gobierno de Nicolás Maduro, mientras el Grupo de Lima se prepara para analizar el miércoles el tema venezolano e imponer probablemente sanciones.
Trump dedicó varios minutos a hablar de Venezuela en su primera presentación ante la Asamblea General, repitiendo casi textualmente las críticas que formuló el lunes durante una cena con tres presidentes latinoamericanos: Juan Manuel Santos, de Colombia; Michel Temer, de Brasil, y Juan Carlos Varela, de Panamá.
“El problema de Venezuela no es que hayan implementado mal el socialismo, es que lo implementaron al pie de la letra”, dijo Trump en la ONU, tras insistir en que el país se encamina a un colapso total. E insistió en que la situación de esa nación petrolera es “inaceptable” y en que hay que hacer algo para ayudar a ese país a salir de la crisis económica y política en que se encuentra.
Coincidiendo con la cena de anoche, Perú convocó formalmente a una reunión del Grupo de Lima para el miércoles en Nueva York, “para evaluar y adoptar nuevas medidas frente a la crisis en Venezuela”.
El encuentro tendrá lugar cerca de las Naciones Unidas, donde se encuentran presidentes o cancilleres del grupo con motivo de la Asamblea General del organismo. El Grupo de Lima incluye a Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, cuyo gobierno encabezado por el conservador Pedro Pablo Kuczynski ha sido uno de los más interesados en aislar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Temer inauguró la Asamblea General el martes diciendo que “la situación de los derechos humanos en Venezuela lamentablemente sigue deteriorándose” y advirtiendo que en Sudamérica “no hay alternativa a la democracia”.
Trump ha impuesto sanciones a Venezuela y en un momento dado dijo que no descartaría una acción militar contra el país.
Santos, no obstante, reiteró en la cena del lunes que una “intervención militar no tendría ningún tipo de apoyo por parte de América Latina”.
La instalación en agosto de una Asamblea Constituyente oficialista, que destituyó a la fiscal general Luisa Ortega Díaz y asumió las competencias legislativas de la Asamblea Nacional, fue fuertemente cuestionada por numerosos gobiernos de las Américas y Estados Unidos impuso sanciones a varios funcionarios del gobierno venezolano. Combinada con una profunda crisis política y económica, caracterizada por la escasez de todo, genera un ambiente de agitación y violentas protestas que en los últimos meses causaron unas 120 muertes.
Trump calificó de “dictadura” el gobierno de Maduro y sostuvo que provoca en “gran sufrimiento” entre los venezolanos, pues se ha robado el poder a representantes que fueron elegidos democráticamente para preservar su propio poder.
“Los venezolanos tienen hambre y su país está al borde del colapso”, dijo Trump. “Fue uno de los países más ricos del mundo durante mucho tiempo. Y ahora la gente tiene hambre y el país se derrumba. ¿Quién creería que eso es posible?”
El gobierno venezolano, por su parte, acusó el martes a Trump de tener una “obsesión fatal” con Venezuela, producto de sus “ideas supremacistas blancas”, y consideró que las declaraciones de los líderes de Brasil, Colombia, Panamá y Argentina constituyen “nuevas amenazas en contra de la soberanía, la paz y de la estabilidad de nuestro país”.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, sostuvo en cambio que Venezuela está siendo “protagonista” en la ONU porque la situación social y económica que enfrenta el país es un caso de “alarma mundial”.
“Todos los presidentes están absolutamente preocupados para que en Venezuela haya una solución inmediata, una solución democrática, una solución en paz y una solución que permita que Venezuela sea de nuevo un país de oportunidades, de progreso” dijo Borges a la prensa.
El canciller venezolano Jorge Arreaza, por su parte, respondió a Trump diciendo en una rueda de prensa en la ONU que su país no acepta las amenazas del mandatario estadounidense, al cual comparó con el ex presidente estadounidense Ronald Reagan en 1982.
“La guerra fría de nuevo”, dijo el canciller.
“Mientras él (Trump) amasaba su fortuna en los últimos años, en el sistema capitalista, nosotros estábamos construyendo una revolución democrática, constitucional, socialista que se fundamenta en las elecciones”, indicó.
Arreaza también dijo que una intervención militar por parte de Estados Unidos sería una “barbaridad”, pero que “no la descartamos”.
“Estamos preparados para responder en cualquier ámbito, en cualquier terreno, y con la fortaleza moral del pueblo de Bolívar”.