Los frecuentes decomisos de cargamentos de drogas, unos que otros lanzados desde aviones, son un preocupante indicador de la intensa actividad que en nuestro territorio desarrolla el tráfico internacional de drogas.

No cabe duda de que además de puente, el país se ha ido transformando en un mercado de destino en el cual, al menos, se queda una porción de veneno que se deja como paga a los manipuladores locales de los cargamentos dirigidos hacia otros destinos. Y no se puede dudar que haya cargamentos cuyo destino final sea el mercado local, donde el narcotráfico se las ha arreglado para fomentar demanda.

Las autoridades antinarcóticos del país han asestado rudos golpes a este negocio, pero se requiere apoyo internacional, sobre todo del principal mercado de destino, Estados Unidos, para mejorar la capacidad local de interdicción. En vez de ese apoyo material y logístico, el país suele ser objeto de “calificaciones” y “descalificaciones” que no tienen razón de ser y que forman parte del lado hipócrita de esta guerra. Con o sin cooperación, tenemos que esforzarnos mucho más para contener esta intensa actividad del tráfico de drogas, desde nuestra posición de punto intermedio pero, por encima de todo, en nuestra condición de mercado de destino. La política antinarcóticos tiene que ser robustecida, insistiendo en la prevención y mejorando la logística de interdicción.

El anexo inconcluso

La tardanza en la terminación del  anexo en construcción del hospital de maternidad San Lorenzo de Los Mina no tiene justificación alguna. Han pasado tres períodos de Gobierno y esa estructura está abandonada, sirviendo de madriguera a alimañas transmisoras de enfermedades que amenazan las condiciones de higiene de dicho centro asistencial.

El San Lorenzo de Los Mina da servicio a una población bastante densa y, por tanto, necesita más espacio para satisfacer la creciente demanda. No hay manera de justificar esta tardanza en una construcción que no parece complicada y cuyos costos están al alcance del erario. Cada día que pasa se encarecen los costos de esta obra, que en su estado actual representa una verdadera afrenta y un criadero de plagas. Es necesario que las autoridades retomen esta construcción y resuelvan los problemas que la mantienen paralizada, si es que los hay, y la terminen de una vez por todas.