Las últimas elecciones para elegir los integrantes al Parlamento Europeo, evidencian el incontestable avance de la ultraderecha, la incertidumbre de la derecha tradicional y la irreductible resistencia del ancho arcoíris de fuerzas progresistas, saldada con un buen desempeño algunas de ellas en diversos países. Como casi todas elecciones que se celebran en los últimos tiempos, aquellas discurrieron en medio de las viejas tensiones y pasiones que han jalonado el debate sobre el significado en la historia de la democracia. Ese antiguo debates/lucha ha girado en torno a si es el pluralismo ideológico-político, o es el integrismo basado en una idea/pensamiento único, la base del orden social.
En ese sentido, debe irse al fondo del fenómeno del avance de la derecha ultranacionalista y situarlo en una perspectiva histórica sobre las actitudes que diversas corrientes políticas que ésa y otras corrientes han tenido con relación a la democracia. Siguiendo ese aserto, el origen del embate que contra las conquistas ciudadanas lleva a cabo la internacional del ultranacionalismo derechista viene de lejos. En esencia, se fundamenta en viejas teorías tan variadas como estrambóticas que generalmente les sirven de bases para construir diversas y delirantes ideas para fundamentar y difundir imaginarios “complot”, “conspiraciones alevosas”” contra la “pureza étnica” de algunos países y hasta de continentes, entre otros delirios difusores miedo y odios.
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Por ejemplo, no es casual que aquí en las recientes elecciones nacionales, cerca de cien mil personas votaran por dos grupúsculos ultraderechistas/nacionalistas. Pescaron en las oscuras aguas que agitan organismos como ese instituto trujilloniano que ofende la memoria de Duarte…, al igual que no poca gente del mundo de la política (de todos los signos) y de todas las instancia del poder, de la academia e intelectualidad de derecha, que se creen y difunden el mito de que como dominicanos somos de una sola cepa (pretendidamente “pura” ) y no el producto de varias cepas, que es la fuente nuestra mayor riqueza como pueblo, como dice Narciso Isa Conde en un excelente artículo sobre ese tema.
En ese tenor, esos sectores coinciden con los líderes de la internacional del ultranacionalismo xenofóbico, los del conspiracionismo y del asedio a la democracia, los del miedo, el odio a la diversidad y al diferente, ideas políticas, la academia, el intelectual, la investigación científica, en la lucha por la democracia. El combate debe de darse en los escenarios, en la política, en el debate académico, en la investigación científica y en todo lugar donde se debatan y difundan ideas. Porque ¡cuidado! en noviembre el mito del conspiracionismo podría estar a una hora cincuenta minutos de aquí: Miami, la residencia de Trump…