Asegúrese de que no regrese

Asegúrese de que no regrese

Dentro de la extraordinaria y prolífica vida del vicealmirante César De Windt Lavandier, quien falleciera recientemente, hay un episodio desconocido para el público, sobre la desconfianza que sentía Trujillo acerca de la Marina de Guerra, creada en su régimen, con el Decreto No. 4160 del 10 de febrero de 1947 y su Estado Mayor Naval, debido a la alta preparación de sus oficiales, que ordenó al Contralmirante De Windt en 1953 viajar a Nueva York como portador de una carta de Trujillo, que entregaría al Cónsul General en esa ciudad.

 Dada la alta confidencialidad de las cartas emanadas del Palacio Nacional, durante la Era que era, quien desde 1949, además de Subsecretario de Marina y Aviación, ocupaba las funciones de Jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, el Contralmirante De Windt militarmente cumplió las instrucciones de viajar a Nueva York para hacer la entrega de la susodicha carta.

Al llegar al Consulado General en Nueva York, el Contralmirante De Windt se dispuso a saludar a la hija de su gran amigo y militar también, el General Simón Díaz, la Srta. Violeta Díaz Castellano, la cual ocupaba las funciones de Secretaria del Consulado y al preguntarle ésta a qué se debía su honrosa visita y éste contestarle que tenía una carta del Jefe para el Cónsul General, conociendo ella la profunda amistad del Contralmirante  con su padre, le sugirió no entregar esa carta sin conocer su contenido, algo propio de la intuición femenina.

Con todo el sigilo de lugar, la referida carta fue abierta y grande fue la sorpresa del Contralmirante De Windt ante las lacónicas y drásticas instrucciones contenidas en esa comunicación: “Asegúrese de que el portador de esta carta no regrese!”  Gracias a Violeta Díaz Castellano, hermana de Caperuza Díaz Castellano, casada con el coronel Caonabo Almonte Mayer y a la mano de Dios, que hizo que por casualidad el Cónsul General se encontrase ausente al realizar un repentino viaje, pudo regresar vivo y sano el Contralmirante De Windt al país, aunque ya desgracia y destitución de su cargo flotaba en el aire por los celos de Trujillo con la oficialidad de la Marina de Guerra.

 El trasfondo de esa desgracia del Contralmirante De Windt lo expone muy bien en la monografía “Antecedentes Históricos: Misión Naval Militar Dominicana a España, 1954” el Contralmirante, M. de G., Homero Luis Lajara Solá, donde señala que el proyecto de crear la Aviación Naval, además del desarrollo y poderío que alcanzó la Marina de Guerra, fueron entre otras, una de las causas que provocaron la destitución como Jefe de Estado Mayor de De Windt Lavandier.

Como apunta en la monografía citada el Contralmirante Lajara Solá, Trujillo produjo varios cambios en la Jefatura de la Marina de Guerra en 1953, después de la destitución de De Windt, llegando a ordenar la cancelación de todos los guardia-marinas que realizaban estudios en la Academia Naval y sólo gracias a los buenos oficios del Contralmirante Luis Homero Lajara Burgos, pudieron graduarse en esa promoción.

A cincuenticinco años después de 1953, posiblemente a las generaciones actuales les resulte difícil creer que pudiesen darse órdenes tan drásticas como la de que asegúrese que el portador de esta carta no regrese”.

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