Asela Morell por fin recibe el honor que merece. Gracias a la perseverancia de una hija de crianza y ahijada agradecida, la doctora Asela Morell Pérez ha sido reconocida con una calle, petición de la que se hizo eco HOY el 18 de febrero de 2020 con el reportaje “Una heroína que sobrevivió al martirio”, en el que se solicitaba la denominación de la vía con el nombre de la valiente luchadora antitrujillista que resistió el escarnio, las torturas, la difamación, el acoso.

Ya antes de la publicación, Digna Matos Cerda, a quien la decidida patriota acogió como familia junto a su hermana Nidia Mercedes y a la abnegada Juana Antonia, su madre, que sirvió a la perseguida como ama de llaves durante 60 años, había acudido a congresistas conocedores de las actuaciones contra la dictadura de la reconocida gineco-obstetra y, aunque acogieron y sometieron la propuesta, no se lograba el propósito.

Minou Tavárez Mirabal le respondió que sí; Fidelio Despradel preparó el primer borrador y lo sometió, sin suerte; Sonia Perozo, de la Fundación Rescatando Mariposas, Aidita Selman, escritora, actriz y amiga de Digna se unieron a la aspiración, pero nada ocurrió. La joven psicóloga y terapeuta familiar no se detenía en su empeño.

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“Estábamos haciendo todo de manera muy anónima, lo que le dio visibilidad fue el reportaje. Desde que salió me llamó Ana Luisa Peguero, de “La Súper 7 en la mañana”, para una entrevista con Cristian Martínez, que motivó la propuesta. El reportaje me ayudó a motorizar a mis compañeros lasallistas para firmar un documento y llevarlo al Congreso. Hablé con Plutarco Pérez, presidente de la Comisión Permanente de Asuntos Municipales, nos recibió la carta con 101 firmas y le dejamos un ejemplar de Hoy”, pero el sueño no cristalizó.

Escuchar a Digna provoca admiración por su paciencia y tenacidad, pero al mismo tiempo indignación por esta indiferencia ante una mujer con méritos de sobra para merecer no ese, sino un homenaje superior, en un país donde personas sin obras ni aportes ostentan grandes avenidas.

La doctora Morell se negaba a contar su historia patriótica. Las páginas de su heroísmo junto a las hermanas Mirabal las han escrito otros. Fue al final de sus días cuando decidió conceder entrevistas.
Horacio se hizo cargo.

El diputado José Horacio Rodríguez Grullón “retomó lo escrito por Fidelio y lo sometió cuando ganó, le dio continuidad. Faride Raful lo leyó”, relata Digna.

El proyecto estuvo en la agenda de Rodríguez como su prioridad, “su actuación fue definitiva”.
Empero, la disposición fue promulgada y nadie se enteró, hasta que Digna llamó a un contacto que investigó y le informó: “Pero hace mucho que la promulgaron”.

-¿Cómo?, reaccionó la persistente profesional.

Ya el 15 de junio de 2021 José Ignacio Paliza, Ministro Administrativo de la Presidencia, había enviado un memorándum a Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, informándole de la designación, promulgada por el presidente Luis Abinader cinco días antes. Lo recibieron el 22 de junio en la Cámara de Diputados.

El 11 de marzo, Eduardo Estrella, presidente del Senado de la República había escrito a Pacheco: “Tengo a bien remitir a usted, para los fines constitucionales, el proyecto de ley que designa con el nombre “Doctora Asela Morell Pérez” la calle “primera” del sector La Esperilla, aprobada de urgencia por el Pleno de la Cámara de Diputados en la sesión del 9 de marzo de 2021”.

Es la ley 121-21, registrada en la gaceta oficial número 11023, del 17 de junio de 2021. Aunque la iniciativa de Horacio Rodríguez fue determinante, Digna contactó a todos los involucrados para agradecer y participar su júbilo.

“Para mí, vivir en una calle que lleva el nombre de mi madrina significa que ella estará presente no solo en mi memoria sino en mi cédula, en todos mis documentos personales, cuando salgo, cuando entro a mi casa. La veré en cada rótulo y tendré grabada en mi mente a una mujer que es ejemplo para esta y las generaciones que vengan”.

Nace en la Capitán Eugenio de Marchena y muere en la avenida Pedro Henríquez Ureña, donde la doctora vivió 49 años hasta su muerte el 15 de noviembre de 2012.

Aclaración: El doctor Robert Reid Cabral, quien ocultó en su casa a dos héroes del 30 de mayo, no fue asesinado como se publicó en el reportaje sobre Marcelino Vélez Santana. Se suicidó, quizá previendo la suerte que le esperaba por ese gesto de solidaridad patriótica.