Ayer jueves, en el partido que los Tigres del Licey vencieron al representativo de Panamá, el dominicano llegó a 10 rescates de por vida en el Clásico Caribeño
David Venn
LasMayores.com
MIAMI. El jueves por la tarde, el dominicano Jairo Asencio agregó otro capítulo a su ilustre carrera como cerrador de los Tigres del Licey.
Al registrar su cuarto juego salvado con una entrada en blanco por los Tigres (República Dominicana) ante los Federales de Chiquirí (Panamá) en la primera semifinal de la Serie del Caribe 2024, Asencio llegó a 10 rescates de por vida en Clásicos Caribeños, la mayor cantidad en la historia del evento.
El derecho rompió un empate de nueve con el venezolano Francisco Buttó.
En el 2023-24, Asencio tuvo 13 juegos salvados en la ronda regular de la temporada invernal, cinco más en la fase semifinal y dos en la serie final contra las Estrellas Orientales.
En total, el veterano lleva 94 salvamentos en su carrera en la República Dominicana.
Juegos sin hit
Finalmente, Tommy Fine tiene compañía.
Casi 72 años y 62 ediciones después de que el derecho estadounidense lanzara un no hit no run para los Rojos del Habana ante el Cervecería Caracas el 21 de febrero de 1952 en Ciudad de Panamá y se convirtiera en el primer y hasta ahora único lanzador en completar una joya de ese tipo en la historia de la Serie del Caribe, el venezolano Ángel Padrón de los Tiburones de La Guaira completó un juego sin hit ni carreras ante Nicaragua la noche del miércoles en el loanDeport Park de Miami.
“Yo quería llorar, de verdad no tenía palabras, no tengo palabras todavía para describir lo que pasó. Pero bueno, cuando se hizo el out me lo creí y me dije, ‘Wow, soy historia’. Gracias a Dios lo hice”, comentó Padrón tras el encuentro al describir lo que sintió al completarse el out 27.
Padrón, un zurdo de 26 años al que le dieron la pelota a última hora, llevó un juego perfecto hasta la parte alta del 8vo inning.
Eran las 11:02pm del miércoles 7 de febrero en la ciudad de Miami, Ángel Padrón y sus compañeros brincaban en la lomita y Tommy Fine ya no estaba solo.