“¡Ay, Sito,  te estoy esperando”, lloraba Griselda Pujols ayer de manera desconsolada en su residencia del sector Villa Tropicalia, de Hainamosa, en Santo Domingo, la muerte de su esposo, el primer teniente del Ejército José Manuel García Rodríguez, asesinado por dos delincuentes para quitarle su arma.

Los vecinos, algunos con los ojos llorosos, lo definieron como un buen vecino, incluso el  domingo se puso a recoger una basura que había esparcida en la calle.

Residió en una casa propiedad de Enemencia Carrasco durante cinco años y nunca pensó aumentarle el alquiler por ser una buena persona. Procreó un hijo  que tiene dos años. Era  de Las Matas de Farfán.

El militar, de 38 años,  salió cerca de las 4:30 de la madrugada  hacia su trabajo y su esposa lo vio desde la persiana hasta que desapareció en la esquina.

Dos jóvenes pasaron frente a la residencia en una motocicleta y posteriormente escuchó los tiros y la esposa lo llamó por el celular, pero  no lo tomó.

Los dos delincuentes pasaron frente a la casa con el arma en la mano y después  la mujer acudió al lugar de la tragedia en la calle General Manuel Fernández, donde yacía en la acera el cuerpo sin vida de su esposo.

Según  Enemencia Carrasco y Julia Galán,  la delincuencia mantiene en zozobra al sector.