Asesinato del doctor Ángel Severo Cabral

Asesinato del doctor Ángel Severo Cabral

 Desde muy temprana edad Severo Cabral fue un tenaz opositor al régimen de  Rafael L. Trujillo. Junto con Manuel Tapia Brea, fundó  un frente Cívico de Unidad Nacionalista, que en clandestinidad conspiraba contra el Gobierno.

A mediados de octubre se cumplieron 50 años del vil asesinato del Dr. Angel Severo Cabral, uno de los hombres claves en la trama que puso fin al tirano Rafael L. Trujillo, la noche del 30 de mayo de 1961. Esta dolorosa muerte se produjo en horas de la tarde del 16 de octubre de 1965, mes y medio después de la firma del acta institucional que dio paso al Gobierno Provisional del Dr. Héctor García Godoy.

La tragedia tuvo lugar en la calle Padre Billini, entre Palo Hincado y Espaillat, sector Ciudad Nueva, cuando Severo Cabral y sus familiares se disponían ocupar su tradicional vivienda, la que habían abandonado a raíz del inicio de la revuelta de abril del 65. Un camión con los ajuares estaba estacionado frente a la residencia cuando grupos de trabajadores se movilizaban frente al Altar de la Patria en respaldo de obreros de la estatal Sociedad Industrial Dominicana (La Manicera) que estaban en huelga de hambre en protesta por la supuesta privatización de la empresa. La convocatoria a las movilizaciones la hicieron el 1J4, MPD y PCD).

En medio de la actividad se corrió la voz de que Severo Cabral se mudaba a su vivienda, en una segunda planta, en la Padre Billini y de repente la multitud se colocó frente a la casa del dirigente político, lanzando estas consignas: “SEVERO, GOLPISTA… ERES PEOR QUE BONILLITA” y “SEVERO, ASESINO DE MANOLO” En el lugar había varios policías portando armas largas y en el balcón de la vivienda dos efectivos que protegían a Severo.

Como las consignas se repetían insistentemente, Cabral Ortiz se asomó al balcón y fue convencido por su esposa y una hija de que se recluyera en la habitación. Momentos después burló los consejos de sus familiares y bajó a la primera planta acompañado de los policías y se dirigió a la multitud, que lo escuchó pacíficamente. Montado en cólera Severo concluyó su perorata con esta expresión: “Ustedes son unos comunistas vagabundos e hijos de la gran puta”. La arenga encolerizó a los protestantes y algunos montaron al camión y destruyeron parte de los muebles, al tiempo que prendían fuego a un carro Mercedes Benz propiedad del político.

Manuel González Tejeda (Manegonte), cronista recopilador de los acontecimientos de la revuelta de abril y quien afirma haberse mantenido todo el tiempo durante los incidentes, reveló que la Policía y la PTJ (Policía Técnica Judicial), montaron una escaramuza para confundir a la colérica multitud, colocando dos ambulancias, una en la calle Arzobispo Nouel, para hacer creer que Severo Cabral saldría de su hogar por ese lugar y la otra en la Palo Hincado, donde fue ingresado en camilla y su cuerpo cubierto hasta el pecho, con una frisa color marrón. El aparato arrancó a toda velocidad y como aparentemente la puerta posterior no estaba bien cerrada, la camilla salió disparada y el cuerpo de Severo rodó varios metros de la Palo Hincado, próximo a la Padre Billini.

El accidente motivó que la gente se aglomerara en los alrededores del cuerpo del político y dentro de la confusión se escucharon varios disparos que impactaron el cuerpo de Severo, que de nuevo fue montado en el aparato con destino a la clínica Abreu, donde pereció. Los primeros auxilio los aplicó el doctor Jordi Brossa.

Cabral Ortiz fue sepultado en horas de la tarde del siguiente día en el cementerio de la Máximo Gómez, donde grupos enfurecidos atropellaron al periodista Miguel Guerrero y a un camarógrafo que trabajaban para Radiotelevisión Dominicana. Acusaban al comunicador de servir a partidos de izquierda.

El político. Desde muy temprana edad Severo Cabral fue un tenaz opositor al régimen de Rafael L. Trujillo. Junto con el Lic. Manuel Tapia Brea, fundó un frente Cívico de Unidad Nacionalista, que de manera clandestina conspiraba contra el Gobierno. Valiosos y oportunos fueron sus aportes en la trama contra Trujillo, aunque los redactores de estos acontecimientos lo han ignorado, ora por comisión, ora por omisión. Plutarco era el nombre que lo identificaba en la trama antitrujillista.

Los servicios de inteligencia lo vigilaban constantemente, y en una ocasión, estando preso en la cárcel de La 40, miembros del SIM le propusieron, a cambio de su libertad, formar un partido para “aglutinar” jóvenes, propuesta que rechazó tajantemente. Igual posición mantuvo cuando Trujillo le ofreció un cargo público con el propósito de atraérselo.

Severo Cabral, educador, agrimensor y doctor en Derecho, ingresó a trabajar a la Casa Vicini a principios del año 1951, donde estableció estrechos vínculos con el señor Juan Bautista Vicini (Gianni), uno de los principales cabecillas del complot contra Trujillo, quienes no desperdiciaban oportunidad de accionar contra la dictadura. Desde la posición que ocupaba hizo amistad con Pedro Livio Cedeño, hasta llegar donde el general Juan Tomas Díaz. Tres fusiles M-1, con 700 tiros, que facilitó el cónsul norteamericano Dabunson a Severo, para ser utilizados en la trama, fueron entregados a Antonio de la Maza, por instrucciones del brigadier Díaz.

Tan vinculado estuvo Cabral Ortiz en el complot, que tres meses antes del asesinato de Trujillo fue comisionado de la lectura al país del manifiesto anunciando la decapitación de El Jefe, proclama redactada por la mente preclara el Lic. José Francisco Tapia Brea, también estrechamente vinculado en la patriótica hazaña, quien “durante 15 o 20 años lo mantuvo (el manifiesto) guardado celosamente, en espera de que, de alguna manera, y en cualquier momento, alguien con criterio y autoridad histórica o periodística se interesara en conocer y divulgar los pormenores de los acontecimientos que ocurrirían una vez eliminado el dictador”, narró en un escrito la Lic. Sonia Tapia Simó, hija de Tapia Brea. Afirma que “decepcionado (su padre) ante la repetida actitud de apatía generalizada y considerando la inutilidad de la conservación del documento, estando frente a mí en la oficina que compartíamos en Plaza Naco, lo leyó por última vez y con tristeza y desencanto lo rompió, yendo a parar los pedazos al zafacón de la basura”.

Desaparecida la dictadura, Severo Cabral fue de los fundadores de Unión Cívica Nacional, y de los mentores de las manifestaciones de reafirmación cristiana. Además de Trujillo, fue contrario el Prof. Juan Bosch y al Dr. Joaquín Balaguer. En el Triunvirato que presidió el Lic. Emilio de los Santos ocupó la secretaría de Interior y Policia, y fue removido del cargo por diferencias con el jefe de la Policía, general Belisario Peguero Guerrero, que tenía el apoyo decidido del general Antonio Imbert Barreras. Su destitución se produjo semanas antes de la muerte del líder del 1J4, Manolo Tavárez Justo, lo que descarta la posibilidad de que tuviera incidencia alguna en la persecución y muerte del político, como erróneamente han sostenido dirigentes de izquierda. En el Consejo de Estado había sido secretario de Agricultura y embajador en Israel, donde amplió sus vastos conocimientos en cooperativismo y estuvo a punto de lograr el establecimiento en el país del sistema de producción colectiva llamado “Kibut”, que con tanto éxito se desarrolla en la nación asiática.

Fue el fundador de la primera cooperativa agrícola en el país, ya que era un apasionado del sistema. En 1947 dirigió la escuela primaria Ercilia Pepín, en San Francisco de Macoris, cuando sicarios del régimen asesinaron al joven Domingo Perozo Fermín, miembro de una conocida familia opositora a Trujillo. Severo nació en la comunidad Sabana Larga, de San Jose de Ocoa, en el año 1910.

Una calle de la capital lleva el nombre del ilustre hombre público, olvidado en el espectro político nacional.

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