Él es escritor, intelectual y asesor de la Fundación Juan Bosch, Eliades Acosta, lamentó hoy que el estado de rabia y resentimiento que mantienen algunas personas en esta sociedad se exprese con los más débiles, siendo víctimas de esa situación niños y ancianos, pero sobre todo mujeres.

«Hay un resentimiento, hay una rabia que lamentablemente se expresa con los más débiles. A veces son niños, a veces ancianos, pero sobre todo contra la mujer», expresó Acosta al ser abordado por los medios en el marco del evento realizado en la Fundación Juan Bosch para promover el fin de las violencias contra las mujeres.

Sostuvo que no existe una sola medida que salve la situación de manera milagrosa, sin embargo, citó que en estos casos habría que pensar en medidas de orden económico para hacer que la justicia social prevalezca y de este modo disminuir la pobreza y la miseria.

Indicó que la base sobre la cual está montada esta sociedad a nivel global hay que revisarla, tras indicar que el mundo completo está fallando para que se den esa situaciones.

«El mundo completo está fallando. Cuando vemos gente muriendo de hambre a esta altura que la ciencia te permite tener cosecha que podrían alimentar el planeta. Un planeta que está a la deriva en la ecología precisamente por el consumismo, por la explotación sobredimensionada de los recursos; cuando vemos la solución violenta de conflicto por la guerra; cuando vemos racismo en
Estados Unidos… todo eso de muestra que todo está en crisis», señaló.
Precisó que el fenómeno de los feminicidos, que a su juicio va en alza en la República Dominicana, y que dejan tantos niños huérfanos y una impronta de muertes de personas jóvenes, están en la mira de la Fundación.

«Es decir, es un fenómeno que la Fundación contribuye a combatir. Trata precisamente de educar a la población en valores que eviten que estos hechos sucedan, y de condenar cuando suceden. Incluso, exigir al Gobierno y las autoridades una respuesta justa ante la situación», dijo.
Fin de violencias. A propósito de la ola de feminicidios y violencias contras las mujeres que afecta al país, la Fundación Juan Bosch realizó una lectura compartida del cuento La mujer, escrito por el profesor Juan Bosch.

La Fundación manifiestó su profunda indignación con la violencia machista contra la mujer la cual, dice, constituye una auténtica epidemia en nuestro país, y reclama el compromiso de todos y todas en que esta trágica realidad sea superada.

Según la institución, la fuerza de la cultura machista radica en que está instalada en las relaciones entre hombres y mujeres, y para ser erradicada se necesitan políticas de protección a la mujer, la dignificación de las comunidades y la superación de la pobreza. También, la eliminación de toda forma de uso de la mujer como objeto subordinada al hombre, reorientar la inversión en salud hacia la prevención en esta problemática, y políticas de educación sexual, emocional y de género desde la primera infancia

La actividad, denominada «La mujer:Lectura por el fin de la violencia», tuvo lugar en la sala Aída Cartagena de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña. Las palabras de bienvenida del evento fueron pronunciadas por Rosario Carcuro Leone, profesora chilena.

Allí 12 mujeres, incluyendo escritoras y poetas como Ángela Hernández, Farah Hallal, Adriana Márquez y Quisqueya Lora, leyeron, analizaron y extrapolaron el famoso cuento a la realidad actual.En el acto también se realizó, de manera simbólica, la entrega de rosas blancas a cada mujer presente.

Se recuerda que el cuento La mujer, escrito por el profesor Juan Bosch en 1932, es un relato del maltrato al que ha sido sometida la mujer desde tiempos muy antiguos, situación que sigue atravesando la sociedad dominicana actualmente y que cada día gana más auge al punto de que tan solo en este 2017ha cobrado la vida de unas 170 mujeres, según datos de organizaciones que trabajan este tema.

En el cuento, Bosch relata la tragedia rural que vivió una señora sumisa, quien, además de vivir en extrema miseria, tenía que soportar el maltrato físico de su marido Chepe.