Cortes del servicio eléctrico, árboles y letreros derribados fue el panorama que dejó el paso de la tormenta Isaías por la provincia de La Romana.
Los fuertes vientos hicieron colapsar letreros de establecimientos comerciales en distintos puntos de la ciudad, así como arboles, según reportes.
El gobernador Teodoro Ursino Reyes estuvo al frente de los operativos preventivos junto al general Francisco Rommer López, director regional este de la Policía Nacional, con asiento en esta ciudad, y el director provincial de la Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos.
Esos funcionarios bajaron a las laderas del Río Salado para ver las condiciones en que vivía varias familias para luego llevarlos a algunos albergues, pero hubo resistencia porque temían a ser contagiados por el COVID-19, aunque se habilitó la escuela Mercedes Laura Aguiar para llevar allí a los posibles portadores del virus.
Mientras tanto, a diferencia de La Romana, Hato Mayor, El Seibo, Punta Cana y Bávaro fueron los pueblos del Este que más sufrieron por las riadas ocurridas, muchas viviendas inundadas, puentes caídos y casas destruidas.
Desde temprano los organismos de socorro y otras instituciones que componen el Comité Provincial de Prevención, Mitigación y Respuesta de La Romana se internaron en los sectores vulnerables convocando a los ciudadanos a llegar hasta los refugios para garantizar sus vidas.
De su lado el alcalde Juan Antonio Adames salió desde temprano ayer acompañado de varias brigadas para proceder a limpiar los imbornales y filtrantes de varios puntos de la población, mientras todos los camiones de la a empres Urba Luz salieron a los barrios para llevarse la basura.
Contrario a otras provincias La Romana recibió muy poco agua durante el paso de Isaías, aunque sí fuertes vientos de manera esporádicas.